La noche de la empresa vasca 2022
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Todo está vendido

El presidente de Iberdrola destaca que las fuertes inversiones tienen asegurado el retorno por las ventas ‘PPA’ de la eólica offshore y la retribución del desembolso en redes de transporte y distribución

Y el Mejor Empresario Vasco del Año 2021 es...
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Jesús Galindo
Bilbao
1/6/24
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Energía

La intervención del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, en la Junta de Accionistas de la compañía incidió sobre todo en la seguridad y la rentabilidad que ofrece el grupo, tanto en lo referido a los planes de inversión, superiores a los 41.000 millones de euros hasta 2026, como en la retribución a los accionistas, para los que anunció el reparto de un total de 11.000 millones de euros en los ejercicios 2024, 2025 y 2026. Lógicamente, cuando se manejan las cifras del gigante eléctrico bilbaíno, el riesgo se debe diluir con los pilares de la solvencia y la rentabilidad. Por ese motivo, Galán radiografió la fortaleza estructural del grupo al destacar la ampliación de las colaboraciones de riesgo con grupos referentes en el mundo como “el fondo catarí QIA, el fondo de Abu Dabhi Masdar, el fondo soberano noruego Norges Bank, o BP”.

0,66 euros/acción previstos para 2026

Por si estos socios no fueran suficiente garantía para los accionistas, el presidente de Iberdrola remachó el clavo al detallar que “la producción de 20.000 millones de Kwh renovables” de las inversiones en eólica offshore, estimadas en 15.000 millones de euros, “ya está vendida en contratos PPA a 15 años”. La transformación del riesgo en confianza marcó otra vuelta de tuerca en su discurso y en las respuestas a las preguntas de los accionistas al aseverar que “la inversión en redes”, que absorberá el 60 por ciento de lo planificado hasta 2026, se encuadra en “activos regulados que tienen asegurada la retribución con 54.000 millones de euros de retorno garantizados”.

Crecimiento del 20%

Estos pilares provocarán que “la inversión de 41.000 millones hasta 2026, frente a los 32.000 del trienio anterior”, no mermen “la mejor situación para seguir poniendo en marcha un círculo virtuoso de crecimiento, fortaleza financiera y creación de valor”. El impacto será mínimo en la deuda neta, que se estima crecerá de 48.000 a 54.000 millones de euros, pero con un recorte del peso sobre el ‘ebitda’ de 3,3 veces en 2023 a 3,2 en 2026. De esta forma, el dividendo de 0,55 euros en 2023 (+10,8% anual) mantendrá su ciclo alcista para destinar “11.000 millones de euros en los tres próximos años”, lo que supondrá un reparto de “entre 0,61 y 0,66 euros en 2026”, y una previsión de crecimiento acumulada del “20 por ciento” al final del periodo. Como concluyó Galán: “Iberdrola es más sólida, más comprometida, más sostenible y está mejor preparada para aprovechar las oportunidades del sector. El futuro es enormemente prometedor”.

Los fondos de México para financiar inversiones

El presidente de Iberdrola dedicó una parte de su intervención en la Junta General a responder a las preguntas de los accionistas, a los que animó a trasladar sus inquietudes “por los canales abiertos las 24 horas del día durante todo el año. Sus ideas y opiniones son importantes para que mejoremos”. Las intervenciones de los titulares de acciones se centraron en la sostenibilidad, la rentabilidad del proyecto y en saber si la operación mexicana guardaba alguna sorpresa especial. Galán fue explícito: “El beneficio de más de 2.700 millones de euros del primer trimestre de 2024 no solo está marcado por la venta de activos en México, también por el desarrollo operativo”. Cifró los ingresos extraordinarios por la enajenación mexicana en “6.000 millones de euros -la plusvalía se estima en 1.165 millones de euros-”, que en su totalidad “se destinarán a financiar parte del plan de inversiones de 41.000 millones”. El capítulo inversor, de alta exigencia, mereció atención especial de los accionistas.

10.000 de los 13.000 millones a invertir en EE.UU. serán para redes

El presidente de Iberdrola indicó que “el primer destino será Estados Unidos, sobre todo en redes de transporte y distribución, que supondrán 10.000 millones de euros de los 13.000 previstos en el país hasta 2026”. La aventura estadounidense marcará, además, un gran salto para Iberdrola en 2024 con “la puesta en servicio del primer parque eólico marino del país”. El apartado marino aparece como clave en el plan trienal: “En renovables prevemos invertir un total de 15.000 millones de euros, de los que más de la mitad se destinarán a eólica marina, en proyectos que tenemos ya en construcción como Saint Brieuc (Francia), Baltic Eagle y Windanker (Alemania), Vineyard Wind (EEUU) y East Anglia 3 (UK)”, y que confirmarán “nuestro liderazgo en este terreno”. La descarga inversora en 2024-2026 supondrá, en palabras de Galán, “la compra de bienes y servicios por cerca de 40.000 millones de euros a proveedores que emplean a más de medio millón de personas”, al tiempo que el grupo “contribuirá con unos 25.000 millones de euros a las arcas públicas hasta 2026” y reducirá sus emisiones, “situadas hoy en apena 60 gramos por kilovatio hora, un 80 por ciento menos que nuestros competidores europeos, hasta lograr la neutralidad climática en nuestras centrales de generación en 2030”.

Los objetivos a 2026

Las declaraciones del presidente pusieron en valor el histórico del grupo en capacidad de ejecución de los proyectos de inversión y rentabilidad para los inversores: “La trayectoria de crecimiento continuada de Iberdrola ha llevado a los accionistas que ha reinvertido sus dividendos a multiplicar su inversión por diez veces desde 2001”. Esta política se mantendrá tras el respaldo de la Junta a las ampliaciones de capital necesarias para el dividendo ‘flexible’ en acciones y también por el volumen de recursos que generará Iberdrola en los próximos años: “El crecimiento será del 20 por ciento en el periodo, similar al dividendo. El ‘ebitda’ se situará entre 16.500 y 17.000 millones de euros en 2026 y el beneficio neto entre 5.600 y 5.800 millones”. Como resumió Galán, “la electrificación en el mundo es imparable. La industria consumirá un 60 por ciento más de energía eléctrica a 2040; el transporte por carretera multiplicará la descarbonización por cuatro hasta 2030 y por 20 hasta 2050; y la edificación, en quince años, reemplazará más del 60 por ciento de su consumo de energía de origen fósil en Europa y Estados Unidos”.

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