El nacionalismo catalán ha demostrado escaso talento a la hora de potenciar su crecimiento económico...
El PP siempre se opondrá a los indultos a los independentistas catalanes, y tiene buenas razones para ello. Con una presencia en Cataluña testimonial, no tiene nada que ganar poniéndose a favor de los indultos y sí mucho oponiéndose, una vez que su estrategia se resume en controlar Madrid, primera economía de España, y ocupar el Gobierno algún día, sacrificando para ello País Vasco y Cataluña, cosa que no le cuesta el menor esfuerzo y proporciona réditos electorales. Y, sin embargo, los líderes catalanes han hecho méritos suficientes para ser tratados benevolamente.
Después de declarar solemnemente la república independiente de Cataluña, acudieron disciplinadamente a la llamada de la Justicia que les condenó a penas absolutamente desproporcionadas. Con encono irracional, no se tuvo en cuenta que aquella declaración era meramente testimonial y materialmente inviable, teniendo a la mitad de los catalanes en contra, lo mismo que casi todos los empresarios.
La economía catalana tiene problemas muy graves: ha perdido todo su atractivo para la inversión privada, es objeto de un proceso de deslocalización de empresas preocupante, y ha acumulado una deuda pública considerable, producto del rechazo de Pujol a un Concierto como el vasco. El nacionalismo catalán ha demostrado escaso talento a la hora de potenciar su crecimiento económico, que está por debajo de la media del Estado, y sobre todo del de Madrid, en manos de los nacionalistas más listos del país, la derecha de toda la vida y su palco del Bernabeu.
En estas circunstancias, declarar una independencia ficticia constituye un rasgo de frivolidad que no se pueden permitir. A los separatistas catalanes sólo se les puede reprochar el ser totalmente inofensivos. Se han convertido en los independentistas que Madrid desearía tener. Razón más que suficiente para que les indulten.
Todos los derechos reservados Industria y Comunicación S.A.