La alta inflación y la guerra de Ucrania ponen estas previsiones en el terreno de la incertidumbre. Cae el acero y mejoran los tubos.
La Asociación Mundial del Acero (WSA por sus siglas en inglés) estima que la demanda mundial de acero crecerá cuatro décimas este año, hasta alcanzar los 1.840,2 millones de toneladas. Sus últimas perspectivas de corto alcance suponen una moderación de la mejora del consumo esperado respecto a las publicadas el pasado mes de octubre, que apuntaban para este año 1.896,4 millones de toneladas (+2,2%), en gran medida por los efectos de la invasión rusa de Ucrania y el bajo crecimiento en China.
La colada española cayó un 11% en febrero
Por lo que se refiere al próximo 2023, las previsiones de la asociación apuntan a un aumento de la demanda del 2,2 por ciento, lo que supondría llegar hasta los 1.881,4 millones de toneladas. En cualquier caso, desde la WSA hacen hincapié en que estas estimaciones se efectúan en un contexto de guerra en Ucrania y gran inflación y, por tanto, están sujetas a una gran incertidumbre.
A tenor de su último panel, la demanda de acero en China se mantendrá plana a lo largo del presente ejercicio, repitiendo los 952 millones de toneladas de 2021. Sin embargo, prevé que en el ejercicio 2023 crezca un punto, hasta los 961,6 millones de toneladas, gracias a los estímulos introducidos durante este año en el ‘gigante’ asiático.
En cuanto a la UE y Reino Unido, la asociación estima que la demanda de acero disminuya un 1,3 por ciento este año (161,5 millones de toneladas), muy por debajo del alza registrada durante el pasado 2021 (+16,8%). Para 2023 se produciría un repunte de 4 puntos que llevaría la demanda hasta los 167,9 millones de toneladas. Entre los principales productores mundiales de acero, las peores perspectivas de consumo para este 2022 se dan en Rusia, con una caída del 20 por ciento, y en Brasil (-8,5%). En cambio, las mejores evoluciones se concentran en India (+7,5%), Turquía (+6,4%) y EE.UU. (+2,8%). Por otro lado, las últimas estadísticas de Unesid apuntan a un descenso anual del 11 por ciento en la producción de las acerías españolas en febrero, hasta las 969.000 toneladas.
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