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La Noche de la Empresa Vasca alcanza este año su trigésimo cuarta edición, y lo hace más viva que nunca. Este encuentro es mucho más que una gala: es el reconocimiento público al papel esencial que desempeñan nuestras empresas en el progreso económico y social de Euskadi.
En un contexto de transformación global, seguimos contando con un tejido empresarial comprometido e innovador. Por eso, celebramos no solo los premios —al Mejor Empresario Vasco, a la Innovación Empresarial, al “Made in Euskadi” y la “Euskal Makila”—, sino, sobre todo, la contribución colectiva de las empresas vascas al bienestar de toda la sociedad.
Las empresas son mucho más que motores económicos: son agentes de cohesión, generadoras de empleo de calidad, creadoras de oportunidades y responsables de gran parte del bienestar que disfrutamos en Euskadi. Pero, lo cierto es que, en muchas ocasiones, este mensaje no trasciende a la sociedad. Y, sin embargo, los datos hablan por sí solos: las empresas vascas generan 7 de cada 10 empleos con las mejores condiciones del Estado; crean 2 de cada 3 euros de nuestra riqueza; contribuyen al 94% de todo el gasto social en Euskadi (hospitales, ikastolas, RGI, ayudas sociales…); ofrecen formación práctica a miles de jóvenes de universidad y FP cada año; y lideran la inversión en I+D per cápita en todo el Estado. En otras palabras, la empresa vasca no solo crea riqueza: la redistribuye, sostiene el Estado del bienestar y refuerza la cohesión de nuestra sociedad.
Euskadi ha construido un modelo económico y social de referencia gracias a una colaboración público-privada estratégica. Hoy, esa colaboración sigue siendo la clave para avanzar hacia un futuro más competitivo, más inclusivo y más verde. Reforzar esa colaboración desde la mutua confianza y el compromiso con la sociedad es estratégico para todos, no sólo para las empresas. De hecho, ahora mismo, uno de los pilares más exigentes de ese compromiso colectivo tiene que ver con dos aspectos básicos para nuestra competitividad y nuestro futuro como sociedad del bienestar: la formación y el talento. Se trata de dos cuestiones que vamos a tener que afrontar ineludiblemente, y a corto y medio plazo: la formación ante los retos transformadores de nuestra economía, que ya están cambiando sustancialmente nuestra manera de hacer las cosas; y la escasez de talento generalizado, favorecido por una evolución demográfica sobre la que llevamos alertando desde hace tiempo. Conscientes de la importancia estratégica de una formación pegada al terreno empresarial, cada año, y desde hace décadas, miles de jóvenes universitarios y de Formación Profesional realizan prácticas en empresas vascas, aprendiendo de la experiencia directa y adquiriendo competencias que solo el entorno empresarial puede ofrecer. La extensión del modelo ‘dual’ – que combina estudios con formación práctica remunerada por la empresa – ha sido, sin duda, uno de los pilares sobre los que se ha basado, y se basa hoy, la educación en Euskadi. Precisamente, este esfuerzo por vincular educación y empresa es una de las mejores garantías de futuro, y una de las prioridades de nuestras empresas, que están colaborando desde hace décadas con el Gobierno Vasco en la promoción y la mejora continua de un modelo vasco de Formación Profesional que, incluso, es reconocido por la propia Unión Europa. Lo mismo puede decirse de la Universidad y la extensión del modelo dual – pionero en el Estado.
Estos son algunos de los hechos que nos definen. Pero no podemos quedarnos en lo que hacemos. Es importante fijarnos en los retos que nos vienen. El mundo cambia rápido, y las empresas vascas están llamadas a liderar ese cambio desde sus valores tradicionales: trabajo bien hecho, innovación, cooperación y arraigo. Porque el progreso y el bienestar de la sociedad vasca no se entiende sin empresas que mejoren. Y menos, en un contexto como el actual, en el que asoman importantes retos e incertidumbres ante un contexto global de desaceleración. Son ellas, las empresas, las que invierten, las que arriesgan, las que crean empleo y pagan impuestos, las que contribuyen a la prosperidad colectiva.
Por eso, esta noche celebramos mucho más que unos premios: celebramos un modelo de país que funciona, una sociedad que avanza unida y una economía que mira al futuro con ambición y confianza. Las empresas vascas reafirmamos nuestro compromiso con ese futuro. Porque las empresas vascas no son solo parte de nuestra economía: son parte esencial de nuestra identidad como la sociedad pujante y referente en competitividad que somos.
Zorionak a las empresas galardonadas, y eskerrik asko a todos y todas las que, cada día, hacen posible que Euskadi siga progresando.

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