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BTI: INDUSTRIALIZAR LA BIOTECNOLOGÍA

La alavesa se convierte en un ejemplo por su capacidad de integrar la I+D biomédica en un proyecto con sólidos pilares empresariales, industriales, sanitarios y formativos

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BTI Biotechnology Institute, creado por Eduardo Anitua (Vitoria, 1956) en 1999, ocupa un lugar destacado en el desarrollo del sector empresarial de la biomedicina y la biotecnología en el País Vasco. En sus más de 20 años de actividad se ha convertido en una marca de prestigio en el mundo, tanto por la singularidad de los principios aplicados a su gestión como por el reconocimiento alcanzado con sus sistemas y productos y por su labor de formación y difusión. BTI es fruto de una apuesta por el conocimiento y por la búsqueda de respuestas médicas, que se ha volcado en el campo de la medicina regenerativa y la implantología oral. En estas áreas, BTI tiene el reconocimiento de referencia mundial gracias a una labor investigadora y empresarial orientada a generar alternativas innovadoras que mejoren el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes.

El modelo BTI de traslación de la investigación biomédica al mercado es un ejemplo que se estudia para lograr reducir la mortalidad empresarial en un sector de alta complejidad dominado por grandes multinacionales. Como destacan desde la compañía alavesa, BTI tiene la I+D+i en su ‘ADN’ y el método científico como filosofía empresarial, herencia de su fundador, presidente y director científico, Eduardo Anitua. Todas las capacidades y logros de la compañía se orientan a fortalecer la innovación. Una obsesión que se refleja en el medio centenar de patentes y 200 marcas registradas en 50 países, y también en que, en los últimos seis años, 2015-2020, se ha situado como líder de producción científica biotecnológica en España (Informe ASEBIO), con cerca de 180 publicaciones científicas.

El trabajo de BTI se refrenda con la creación de un MODELO MANUFACTURERO PROPIO que incluye el CAD/CAM, la ingeniería mecánica, la electrónica y el hardware y software

Este diseño se ha trasladado al equipo, que está integrado por casi 400 profesionales, de los que medio centenar se encuadran en el área de I+D, que en los últimos diez años ha absorbido una inversión de 50 millones de euros. En este caso, destaca que la filosofía empresarial aplicada por BTI implica la reinversión del 100 por ciento de los beneficios en I+D. BTI, en palabras de sus responsables, siempre ha perseguido “dar respuesta a muchas preguntas para las que la ciencia médica no tiene soluciones y, a partir de las respuestas que encontramos, desarrollar nuevas alternativas terapéuticas”. Ese es el motivo por el que comenzaron a investigar en áreas como la biología subyacente a los procesos de reparación y regeneración de los tejidos, o las superficies de los implantes de titanio y su proceso de oseointegración. La I+D marcó un camino multidisciplinar que le llevó a integrar biólogos, médicos, ingenieros, o bioquímicos, para hacer más efectivas la traslación de la investigación al mercado.

PIONERO EN BIOTECNOLOGÍA

La actividad de BTI, que en sus inicios arrancó en las áreas de la medicina regenerativa, la implantología oral y los biomateriales, tenía su origen en el trabajo de Eduardo Anitua en el ámbito de la odontología. Un papel pionero en bioimplantología y regeneración de tejidos que se reforzó con la creación de BTI I+D, una unidad empresarial incluida en la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación. El intenso trabajo investigador de BTI llegó al mercado en 2005. Tras más de quince años de trabajo con su equipo científico, patentó ENDORET® (PRGF®), tecnología basada en un concentrado plaquetario obtenido a partir de un pequeño volumen de sangre del propio paciente, para su posterior uso en la reparación y regeneración de los tejidos. Esta tecnología acelera los procesos de regeneración de los tejidos dañados y ha demostrado ser muy eficaz en muchos tratamientos en diferentes áreas de la medicina. Las primeras aplicaciones de ‘Endoret’, que inicialmente se orientaron a la cirugía oral, se extendieron a múltiples aplicaciones terapéuticas como la medicina deportiva, la traumatología, reumatología, dermatología, medicina estética, cirugía general, oftalmología y, recientemente, medicina reproductiva.

Este éxito dio lugar, en 2014, a la obtención del Premio Álava Innovación por su colirio Endoret, de aplicación en la oftalmología. Y, más recientemente, al desarrollo de un nuevo tratamiento de fertilidad con plasma rico en factores de crecimiento que minimiza los fallos de implantación repetitivos (cuando el óvulo fecundado no se adhiere al endometrio). Los resultados de un estudio preliminar del efecto del tratamiento con plasma rico en factores de crecimiento (Endoret® PRGF®), muestran un incremento en las tasas de embarazo en casos de fracasos de implantación embrionaria. Este tratamiento lleva cerca de dos años aplicándose en varios centros de reproducción asistida con unos resultados muy satisfactorios y con una tasa de éxito, en pacientes sin alternativas terapéuticas, muy significativas (cercanas al 50 por ciento). Actualmente, la compañía está inmersa en el desarrollo de diversos proyectos de investigación y en diferentes ensayos de laboratorio y ensayos clínicos, que a lo largo de los próximos años fructificarán y contribuirán a consolidar internacionalmente la I+D vasca en un ámbito tan estratégico como la biomedicina.

NUEVAS CREACIONES

Alineado con esta estrategia, destaca el proyecto desarrollado en el campo de la apnea del sueño y la roncopatía, que se ha plasmado en la creación de un sistema automático de diagnóstico, puntero en el mundo, junto con un sistema de tratamiento de estas patologías. El origen de la investigación partió de la colaboración entre Eduardo Anitua y el neumólogo Joaquín Durán Cantolla, que fueron pioneros en demostrar la relación entre el apretamiento y desgaste dental con las apneas del sueño. El éxito en la actividad empresarial del grupo BTI se ha reflejado en el aumento de su plantilla hasta alcanzar los casi 400 empleados y en la creación de un centro de excelencia que es punto de encuentro para los miles de clínicos, investigadores y estudiantes que lo visitan desde todos los rincones del mundo. También es muy reseñable que el método científico que impregna toda su labor no le impide aplicar los más estrictos estándares de rigor en la gestión empresarial. Los últimos datos de sus empresas recogen unas ventas anuales de 50 millones de euros y unos beneficios superiores a los dos millones de euros que se destinarán a alimentar la maquinaria de la I+D+i.

900 CENTROS CERTIFICADOS

En el ámbito internacional, BTI cuenta con presencia directa a través de filiales en Alemania, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y México. Además de 900 centros homologados, con sus profesionales certificados y formados en Vitoria y que actúan en más de 30 países como Australia, Suiza, Japón, Rusia, Croacia, Ucrania, Chile, Argentina, Arabia Saudí, entre otros. En esta proyección internacional destaca su presencia en Alemania, donde desembarcaron en 2001. Un país con orgullo de marca y una potente industria médica que apuesta por el producto local. Su inversión en la ciudad alemana de Pforzeim supuso un reto y un incentivo para continuar trabajando e investigando en nuevos desarrollos. Además de su compromiso científico e innovador, BTI también muestra inquietudes por el asociacionismo empresarial y su papel dinamizador, participando en la Junta Rectora de SEA Empresas Alavesas.

La UPV ha reconocido como INSTITUTO UNIVERSITARIO el Centro de Formación y Postgrado BTI

Como referencia de su trabajo, debe ponerse en valor su aportación en el campo industrial. BTI ha creado un modelo integral que incluye el diseño CAD/CAM de todos sus elementos, la fabricación de todas las herramientas e implantes, incluido el mecanizado y la fabricación aditiva, y el diseño y fabricación de toda la electrónica de sus equipos, tanto de software como de hardware. Igualmente, su espíritu de difusión y conocimiento se extiende con un modelo de formación del que se benefician anualmente más de 2.000 profesionales y estudiantes de todo el mundo, para lo que cuenta con el respaldo de una editorial propia de contenidos, tanto editoriales como audiovisuales. Por su parte, la labor formativa quedó totalmente refrendada en 2017 por la UPV/EHU, que reconoció al Centro de Formación y Postgrado BTI-Instituto Eduardo Anitua como Instituto Universitario, lo que supuso el reconocimiento oficial a su labor de formación.

En resumen, BTI es un pionero de la biomedicina y la biotecnología vasca. Su labor investigadora y empresarial se refrenda anualmente con su producción científica y la generación de casi medio centenar de patentes y 200 marcas registradas en medio centenar de países. Su política de gestión está marcada por lo que han bautizado como ‘Método científico’, que supone la reinversión de todos los recursos generados en medios y conocimiento.

BTI ha creado un modelo que incluye más de 900 centros certificados en el mundo y más de 2.000 alumnos/año que reciben formación en Vitoria.
BTI ha creado un modelo que incluye más de 900 centros certificados en el mundo y más de 2.000 alumnos/año que reciben formación en Vitoria.

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