Tras crecer un 15% en 2021, AFM espera que el sector mejore las cifras prepandemia este año
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El sector español de Máquina Herramienta está recuperando lo perdido durante la pandemia. Si bien todavía no ha alcanzado los niveles de 2019, la dinamización de los mercados sigue su curso, incrementando la actividad de las líneas de producción de manera progresiva. Según los resultados provisionales presentados por AFM, la facturación del sector en 2021 aumentó un 15 por ciento con respecto al ejercicio anterior, hasta los 1.528 millones de euros, impulsado en gran medida por el comportamiento de las ventas registradas por el subsector de maquinaria de arranque, que se alzó un 19,82 por ciento, hasta los 670 millones.
Según señalan desde AFM, en 2021 la industria del fresado “tomó el liderazgo mundial, tanto en tecnología como en cuota de mercado”, con cifras récord en captación de pedidos, contribuyendo a que la fabricación de máquinas de arranque alcanzara, prácticamente, los niveles prepandemia. También las exportaciones han recuperado posiciones, tras avanzar un 19,72 por ciento hasta los 1.204,38 millones. No obstante, la reactivación de los mercados no evoluciona a la misma velocidad en todos los ámbitos de fabricación. Este es el caso del subsector de la deformación que, a pesar de mejorar la cartera de pedidos, la incierta situación actual que vive la automoción está incidiendo en su ánimo inversor, ralentizando la recuperación de las ventas.
El importante avance en la entrada de pedidos registrado a final de 2021, representa un cambio de tendencia que mejora las perspectivas para el presente ejercicio. La captación de pedidos se incrementó un 29,42 por ciento sobre 2019 y un 69,20 por ciento con respecto a 2020. El subsector de arranque siguió la cifra más alta de captación de pedidos desde 2007. Y también el de deformación la mejoró: un 7,37 por ciento sobre 2019; y un 64 por ciento sobre 2020. Una senda de crecimiento que “esperamos poder mantener a lo largo de 2022”, según vaticinó el director general de AFM, Xabier Ortueta.
Si se confirman estas expectativas y la evolución de la captación continúa su avance, las estimaciones para el año en curso apuntan a un “interesante crecimiento en facturación que, probablemente, mejorará incluso las cifras de 2019”. Pendientes, eso sí, de las incertidumbres que persisten provocadas por la situación geopolítica de Europa, la escasez de componentes y energía, y las restricciones y coste del transporte. Donde tal como apuntó el presidente de AFM, César Garbalena, ahora “el mayor reto es impulsar la actividad productiva, manteniendo los márgenes para seguir invirtiendo en innovación y digitalización en un contexto inflacionista”. Más si cabe, cuando el mercado nacional, aunque ha ganado parte de lo perdido en 2019 y 2020, “aún está lejos de su potencial y necesita crecer con contundencia”. Las cifras de consumo son un 30 por ciento inferiores a lo que correspondería a un país como España, señalan desde AFM. Una coyuntura en la que la celebración de la BIEMH en junio, actuará de revulsivo.
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