Rastrear

Testar, medir, rastrear, aisla para arrinconar y evitar la propagación del virus y de la pandemia que soportamos desde hace medio año. Aprovechar la tecnología. ¿No queremos ser digitales? O eso nos decimos... Una implantación lenta, duplicación de esfuerzos, falta de comunicación, en su desarrollo y en su divulgación. Realmente se tardan 6/7 meses en lanzar una aplicación cuya complejidad técnica no parece abismal. ¿Dónde quedó la metodología "Agile"? Realmente pensábamos que en un mundo tan interconectado como el que tenemos, era necesaria una aplicación en cada territorio, léase región, país o la taifa de referencia? ¿Creíamos de verdad que al virus le importa nuestra compleja estructura administrativa?

Para qué coordinar de partida, para qué Europa, para qué España

La eficiencia de las aplicaciones de rastreo depende de su nivel de adopción y uso. Según un artículo de Patrick Howell en "MIT technology review" no son necesarios niveles del 60% o como inicialmente se interpretó del estudio original de Oxford University. Se puede confiar en obtener buenos resultados con el 20 o 30%. Lo mismo apoyaba Harvard Business Review en un artículo de Huang, Sui y Sun publicado el 15 de Abril. No aprendemos. Ya que no podemos obligar a instalar la app de rastreo, como han hecho otros, sería de agradecer un poco más de publicidad y promoción. Saldríamos ganando todos, para empezar con la descongestión de los rastreadores físicos y sistemas de atención primaria. Pero no, cada uno a desarrollar la suya. Para qué coordinar de partida, para qué Europa, para qué España. Solo después de lo vivido en las últimas semanas parece que nos ponemos las pilas. No aprendemos. Se puede ser más eficiente pero para ello es necesario poner la eficiencia entre las prioridades. Una vez más la diferencia entre el ‘talk’ y el ‘walk’.

Una lección más de esta pandemia, que no hay mal que por bien no venga. Lástima de memoria de corto plazo, para lo que interesa. Algún día nos convenceremos de lo que supone realmente digitalizarnos. No estamos mal en infraestructura, hace falta la claridad de ideas y determinación; entender y asimilar que la transformación digital supone la aceptación real de la tecnología como herramienta en casi cualquier faceta vital. Y esta es una de las importantes.

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