Los presupuestos del próximo año son extraordinarios porque deben hacer frente a una recesión brutal, con una caída del PIB del 11,2% provocada por un virus. Ante una recesión de carácter global todos los organismos internacionales, gobiernos y bancos centrales han interpretado que las políticas fiscales y presupuestarias deben afrontar la situación con medidas de carácter expansivo. Hasta la CE decidió suspender sus cautelas en materia de déficit público para 2021.
En este contexto los PGE 2021 apuntan a un crecimiento del gasto público no financiero de la Administración Central del 25%, sin contar el programa europeo NG. Este crecimiento excepcional responde al incremento de las transferencias para pensiones, SEPE (desempleo y Erte), autonomías y sanidad. Su objetivo, minorar el impacto en el tejido productivo y en las rentas familiares. De los 3,4 millones de trabajadores en Erte en abril quedan 700.000, el 94% restante siguen activos. El gobierno acaba de anunciar la continuidad de esta política mientras haga falta.
La incertidumbre creada ha hecho que el ahorro de las familias pase de un 6,3% en 2019 a un 18,2% al cierre de 2020. El ajuste a IPC de las pensiones y otras prestaciones sociales se inscriben en la lógica de estimular y dar una seguridad en ingresos que anime al desahorro de las familias en favor del consumo. Estamos en una coyuntura de fuerte caída de la demanda que requiere intensidad en los estímulos para hacerla frente. En esta línea, el apoyo en subvenciones para 2021 del programa europeo NG servirá para impulsar la inversión en nuevas tecnologías de generación y ahorro energético, en favor del medio ambiente, en digitalización de nuestro tejido productivo, en formación y en sanidad. Este programa incrementará el gasto en un 16% en 2021 y en el trienio 21/23 su impulso anual sobre el PIB equivaldrá a un 2,6%.
Esta es la política económica de unos presupuestos que contienen un déficit del 7,7% y prevén una deuda/PIB del 117% en 2021. En un contexto de bajos tipos para muchos años, nos queda el consuelo de que la carga en intereses de la deuda en 2021 será del 2,3% sobre PIB, equivalente a la de 2001/05, cuando nuestra deuda/PIB era del 48,2%.
Todos los derechos reservados Industria y Comunicación S.A.
