La izquierda ha acusado al Partido Popular de falta de patriotismo por haberse alineado con los que reclaman reformas estructurales como condición para obtener las ayudas de la llamada reconstrucción, unos 140.000 millones de euros, en buena parte a fondo perdido. Los países del Norte de Europa no quieren que vuelva a pasar lo ocurrido en la década anterior, cuando la obtención de esas ayudas se interpretó por el Gobierno de turno, en este caso del PP, como el medio de no hacerlas, y trasgredió todas las promesas hechas a la Comisión Europea en materia de déficit presupuestario, cuyos límites no se respetaron en ningún año.
"Hay una contradicción de intereses entre lo que conviene a los españoles, que haya reformas, y lo que interesa a la clase política, que no las haya.
Esta vez es probable que el Gobierno de Sánchez no tenga más remedio que hacerlas, aunque intentará escurrir el bulto todo lo que pueda, dado que la situación ha llegado a un punto límite: un déficit no inferior a unos 140.000 millones de euros, y una deuda pública que escalará hasta el 120 por ciento del PIB. Para hacer frente a todo lo que se le viene encima, el Tesoro está obligado a emitir deuda este año por importe no inferior a los 300.000 millones de euros, algo inviable si el BCE no se hace cargo por lo menos de la mitad, que habría que acumular a los más de 500.000 millones de bonos ya comprados. Los que ahora reclaman condicionar las ayudas, el PP, son los sucesores de quienes las rehuyeron durante la década pasada, liderados por un Rajoy que se ha ufanado de no haber admitido ningún tipo de control o injerencia externa.
Tanto ahora como entonces hay una contradicción de intereses entre lo que conviene a los españoles, que haya reformas, y lo que interesa a la clase política, que no las haya. Una prueba más de hasta qué punto vi - ven de espaldas a la realidad.
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