Uno de mis teoremas favoritos en Economía fue enunciado en 1956 por Richard Lipsey y Kelvin Lancaster en su “The General Theory of the Second Best”. Viene a decir que, ante un problema, es siempre mejor una solución real (aunque no sea la que en teoría es óptima) que la solución perfecta en teoría, pero que no se puede alcanzar porque alguna de sus condiciones es imposible de lograr en la práctica. Es parecido al refrán “más vale pájaro en mano que ciento volando”, que es anterior a 1956, aunque probablemente no lo escribió un economista :).
El corolario de este teorema lo enunció años más tarde el también economista Avinash Dixit, profesor en Princeton: “El mundo, en el mejor de los casos, es la segunda mejor opción“. Que en última instancia viene a decir que no vivimos en un mundo perfecto, y que nunca se cumplen las condiciones ideales que nos llevan al óptimo que teóricamente podríamos alcanzar. Me estoy acordando de este principio estos días, en los que estamos atentos a la consolidación de la recuperación post-COVID, que depende de dos instrumentos claves: la inmunidad colectiva y los planes de reformas. El primero puede llegar por la administración de una vacuna efectiva, un hito que los expertos sitúan
en este momento en el primer trimestre de 2021. La inmunidad por infección natural (es decir, por el desarrollo de anticuerpos en un porcentaje significativo de la población por haber desarrollado la enfermedad), podría tardar todavía más de un año.
El segundo, los planes de reactivación económica planteados en Europa con el recurso al endeudamiento, está todavía en fase de diseño tanto a nivel del Estado como en Euskadi. Se espera que en este mes de octubre se presente públicamente el detalle de los programas e inversiones que en el período 2021 a 2023 se han estimado en 140.000 millones adicionales para el caso de España (Fondos Next Generation EU). Tan importante como las cuantías de estos fondos públicos, es que se inviertan con eficacia en reformas que preparen adecuadamente al sector público y privado para los retos de la economía post-COVID. Digitalización, Transición Ecológica, nueva balanza de poderes en el comercio global y relocalización de cadenas de suministro son algunas de las asignaturas fundamentales a las que deberán enfrentarse las empresas vascas en los próximos años.
“Queda la incógnita de si existirá una tercera vía para que las ayudas puedan llegar directamente al tejido de pymes, micropymes y autónomos, que afrontan este periodo en peores condiciones que los grandes grupos”
Afrontamos por tanto semanas claves. De la gestión de la segunda oleada, la llegada temprana de una vacuna efectiva, y del acertado y eficaz uso de los fondos públicos extraordinarios, depende nuestra prosperidad futura. Esevidente que la negociación política marcará una de las claves fundamentales en las conversaciones entre Estado y Comunidades Autónomas. Y parece también lógico que el lobby de los grandes grupos industriales y financieros (al parecer liderado a través de la patronal CEOE), actúe para canalizar una parte substancial de las ayudas. Cabe esperar que el efecto tractor de estas grandes empresas conseguirá en alguna medida la difusión al conjunto del tejido productivo. Queda la incógnita de si existirá una tercera vía para que las ayudas puedan llegar directamente al tejido de PYMES, microPYMES y autónomos, que afrontan este período de transformación en condiciones objetivamente peores que los grandes grupos, por la debilidad de sus estructuras de financiación y la menor capacidad competitiva derivada de su insuficiente dimensión. Sería un grave error olvidar este colectivo, porque la mayor parte del empleo y la creación de riqueza del territorio depende de su reconstrucción. Así que sería bueno aplicar el teorema de “la segunda mejor opción”, y asumiendo que los lobbies públicos y privados harán su trabajo, otros trabajemos para que se abra esa tercera vía que sería tan importante para una distribución equitativa de los fondos.
Las decisiones nunca son las ideales. Es importante entender cómo somos las personas, cómo funciona la sociedad, llena de imperfecciones. En eso consiste vivir, en tomar malas decisiones una de trás de otra… Mejor eso que esperar toda la vida para poder tomar una decisión perfecta. El mundo es, en el mejor de los casos, la segunda mejor opción… Así que vamos a ver si enfilamos, entre todos, la senda de la recuperación. Ah, y nunca dejes de buscar algún imposible: también necesitamos el horizonte para caminar, aunque nunca vayamos a alcanzarlo.
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