La noche de la empresa vasca 2022
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Fondo Europeo

"No parece que el Consejo Europeo esté por la labor de un planteamiento común en materia de deuda"

Y el Mejor Empresario Vasco del Año 2021 es...
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Jon Larrinaga
1/5/2020
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El FMI ya nos ha proporcionado un primer escenario de la economía internacional que nos anuncia una caída en 2020 del PIB global del 6%, en USA del 5,9%, en Europa del 7,3% y en España del 8,0%. Posteriormente el Banco de España nos avanzaba para la economía española tres escenarios, que oscilan entre un -6,8%/-12,4%, en función de la prolongación del confinamiento y del inicio del despegue de la economía. Se trata de estimaciones sujetas a revisión en función de los ritmos que nos vaya marcando la pandemia. Ambos organismos estiman que 2021 será un año de crecimientos superiores al 4% en las economías desarrolladas.

Para hacer frente a este derrumbe económico, todos los gobiernos han apostado por la expansión monetaria y fiscal, lo que se traducirá en un incremento notable de los balances de los bancos centrales y de la deuda pública/PIB que al finalizar el actual ejercicio 2020 se situará en los siguientes niveles: USA, 131,1 %; UEM, 97,4%; Francia, 115,4%; Italia, 155,5%; España, 113,4%; y Alemania, 68,7%. Este diferente escenario entre los países de la UEM explica su distinta capacidad de intervención fiscal. Las medidas fiscales adoptadas por el gobierno alemán ascienden a un 6,9% de su PIB mientras que en Francia, Italia y España representan un 2,4%, un 0,9% y un 1,1% respectivamente.

La propuesta de crear un Fondo de Reconstrucción Europeo dotado de 1/1,5 billones de euros responde a la necesidad de hacer un esfuerzo de inversión concentrado entre 2020/22 que reanime la demanda, se distribuya en función del impacto económico que ha causado la pandemia en cada país y aminore el impacto de deuda en los países más afectados.

Como señalaba recientemente O. Blanchard (ex economista jefe del FMI) hoy resulta necesaria la intervención del BCE para monetizar la deuda pública y evitar el descalabro que pudieran producir los mercados ante las diferentes posiciones de deuda de los países de la UEM. Pero añadía que la tarea de ordenar dicho mercado, en situaciones de emergencia, no puede convertirse en una labor permanente del BCE, al no ser esa su función, lo que obligará en su momento a los países de la UEM a un planteamiento común en materia de deuda.

No parece que el Consejo esté aún por la labor.

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