La noche de la empresa vasca 2022
REGISTRO

“Es el momento de endeudarse y adoptar las mayores medidas de reactivación posibles”

Iñaki Garcinuño Zabala, presidente de la Confederación Empresarial de Bizkaia - CEBEK

Y el Mejor Empresario Vasco del Año 2021 es...
REGISTRO
Jesús Galindo
15/10/2020
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- ¿Cómo presidente de los empresarios vizcaínos está muy preocupado por la situación actual?
- Sí. Debemos estar preocupados porque nos faltan certezas y en cambio tenemos muchos datos que nos invitan a pensar que el crecimiento tardará más tiempo en llegar de lo que teníamos pensado, algunos institutos económicos lo sitúan en 2022. Además, da la sensación de que todos los sectores no creceremos al mismo tiempo. Sí es verdad que ya empiezan a publicarse datos positivos en Alemania que, si se extienden a Francia y Reino Unido, acabarían traccionando del resto de Europa. Pero están pendientes de que se confirmen. Por tanto, preocupación sí, pero esperanza también, porque saldremos de esta crisis que entiendo será más corta que la anterior.
- ¿Cebek está recibiendo más consultas empresariales por un agravamiento de la situación?
- Existía la sensación de que el cambio de tendencia a mejor llegaría en julio o agosto, pero no se ha percibido en la generalidad de los casos. Sí es cierto que nosotros, en las encuestas que realizamos, no percibimos un agravamiento de la situación, salvo quizá en sectores que están muy impactados, como el comercio, en el que el paso del tiempo, a pesar de la protección de los ERTE, genera desánimo.
- La situación es de excepcionalidad empresarial. ¿Qué medidas considera urgentes para superar con los menores daños posibles la actual coyuntura?
- Sí, la caída ha sido abrupta y sobre todo inesperada. El componente sanitario, frente al cí clico tradicional, ha provocado una contracción económica radical que requiere esfuerzos excepcionales. En ese sentido, desde mi punto de vista, la UE sí ha respondido, aunque al ritmo propio de la burocracia europea, con relativa generosidad y rapidez a la hora de fomentar ayudas. Necesitamos que la administración aporte todo lo que pueda para que el tránsito hacia la recuperación sea lo más rápido posible. También la Administración vasca ha reaccionado con rapidez, tanto en el ámbito fiscal como en ayudas a empresas; y la Administración general, en lo que concierne a aplazamientos en los pagos a la Seguridad Social. Todo ello ha dotado de liquidez a las empresas en un momento crítico. Por eso, creo que se ha reaccionado bien, aunque puede que nada sea suficiente. Todas las soluciones a nuestros problemas no están en manos de las administraciones, aunque sí han conseguido paliar una parte del daño que la crisis había causado.
- La fiscalidad es uno de los temas de actualidad; incluso, algunos partidos y sindicatos piden elevarla. ¿Existe riesgo de estrangulamiento económico si se afronta una reforma fiscal al alza?
- Sobre todo sería una medida de poco efecto práctico por la sencilla razón de que por mucho que los tipos de sociedades suban no existe una base imponible positiva sobre la cual aplicarla. En este momento los datos nos dicen que los beneficios de las empresas se han reducido en un 70 por ciento, eso quiere decir que no hay nada por lo que tributar en un porcentaje muy alto de las empresas. Además, esa clase de propuestas lanzan un mensaje contradictorio. No se puede dar al mismo tiempo aplazamiento de pagos a Hacienda y Seguridad Social, y por otra parte que llegue el mes de julio y haya que tributar por una cantidad mayor a la del año anterior. Son medidas contradictorias. En este momento lo que se debe hacer es endeudarse todo lo que nos permita la ley, la UE y el Gobierno español con el fin de que las medidas de reactivación de la economía y sostenimiento de las empresas sean las mayores y en la mayor cuantía posible. Una vez que la economía vuelva a carburar se deberá reflexionar sobre cuánto nos hemos gastado en la crisis y saber en cuánto nos hemos endeudado y cuántos fondos propios consumido. Con esos datos, deberemos decidir si esa deuda la paga nuestra generación, o la trasladamos a nuestros hijos e hijas. Yo soy partidario de que los deberes los debemos hacer nosotros y seguir siendo rigurosos con la deuda cuando esta crisis termine.

“Hemos jugado un papel extraordinario y las empresas lo valoran con un alto nivel de fidelidad”


- Parece que será necesario un segundo ciclo de liquidez...
- Seguramente en 2021, cuando termine el primer año de carencia que contenían la mayoría de los créditos. En este caso será en un importe menor y para un número de empresas más limitado, pero realmente es una posibilidad que la banca está manejando. La verdad es que liquidez no falta y no debería ser un problema que se satisfagan esas necesidades al precio actual del dinero, y en la medida en que se confíe en la viabilidad de las empresas. La recuperación se alargará y los bancos parecen dispuestos a financiar esa segunda ronda, más teniendo en cuenta que el Lehendakari ya ha prometido un incremento de los fondos de Elkargi hasta los 1.500 millones de euros, y creo que pensando en una situación como esta.
- ¿Algunas fuerzas políticas y sindicales establecen, sin embargo, que la mala posición de las administraciones se soluciona con un alza de la fiscalidad para homologar la presión fiscal sobre PIB a la media de la UE ¿Cree que debería valorarse ese criterio como elemento de dinamización?
- Sobre el cálculo de la presión fiscal se leen cosas muy distintas. Se publican informes muy distintos donde unos establecen el peso a favor del territorio vasco o español frente a la UE y otros en el contrario. En este caso es muy importante incluir el coste de la Seguridad Social a la hora de medir la presión y el esfuerzo fiscal, aunque no sea propiamente un impuesto. España tiene cotizaciones elevadas, no tanto como Francia, pero que a las empresas si les supone un gran coste. Si eso se mide junto a los impuestos, el cálculo sería diferente. Sí considero importante un control exhaustivo sobre la evasión fiscal; el control de algunas multinacionales que tributan lo mínimo por utilizar pantallas fiscales; y, también, el necesario incremento de la inspección fiscal sobre determinadas bolsas de fraude en algunos sectores y territorios en concreto.
- Las instituciones europeas, incluido el BCE, han recomendado las acciones de estímulo fiscal. ¿Está decepcionado por las medidas adoptadas?
- No, decepcionado no. Quizá las diputaciones forales han sido más rápidas en su actuación que el Gobierno vasco, que estaba en elecciones, lo que frena la toma de medidas. Sin embargo, creo que el Plan para la Reactivación y el Empleo que se acaba de anunciar es el instrumento que esperábamos para incrementar el gasto vinculado al impulso de la economía. Este tipo de medidas son imprescindibles en la situación actual y Euskadi tiene capacidad financiera para endeudarse y ponerlas en marcha tras años de ajuste fiscal, un elemento clave que en España no ha existido.
- ¿El déficit crónico de las administraciones ha condicionado su capacidad de acción en una crisis como la actual?
- En el caso español no tengo ninguna duda de que ha debilitado la respuesta. Y en el caso vasco se está reflejando poco a poco esa capacidad de esfuerzo económico en estos meses y también se verá en 2021. Se percibe, en el caso español, una limitación clara de la capacidad de gasto porque no ha existido penalización para el responsable político cuando incentivaba políticas de gasto sin atender a las políticas de ingresos. Creo que prometer permanentemente, años tras año, un gasto superior a los ingresos del Estado suena políticamente muy bonito pero a la larga es una decisión claramente equivocada desde el punto de vista social y financiero. El caso de los ERTE es un buen ejemplo. Seguramente la falta de fondos es lo que impide que sean más expansivos y que se alarguen sin miedo.

“Nos falta creer que en el tamaño de nuestras empresas se encuentra la atracción y el futuro como territorio”


- Las asociaciones empresariales, como agentes sociales, han jugado un papel importante en las negociaciones y acuerdos de los últimos años. ¿Cree que la priorización del consenso y el acuerdo ha resultado a la larga perjudicial para las necesidades de competitividad de las empresas?
- Soy firme defensor de cualquier política de acuerdo, consenso y diálogo por mucho que dure en el tiempo e, incluso, con escasos resultados. Las organizaciones empresariales y los sindicatos debemos dialogar y tratar de llegar a acuerdos, aunque no los logremos. Precisamente, esa actitud ha reforzado a las asociaciones empresariales en la crisis actual. También hemos sido capaces de prestar un servicio tremendo a las empresas asociadas, o no asociadas, cara a interpretar toda la legislación, la normativa, los decretos, que se han generado en un tiempo corto y con aplicación inmediata, y que era necesario digerir y filtrar para poder ser interpretados correctamente. Hemos jugado un papel extraordinario y las empresas han sabido valorarlo por el nivel de fidelidad que mantienen a pesar de la crisis y de la que está cayendo.
- La UE apuesta por la digitalización y sostenibilidad. ¿Cree que los plazos establecidos son de alto riesgo para la industria vizcaína?
- Bajo mi punto de vista los criterios que prioriza la UE no deberían suponer un riesgo para nuestro territorio. Por el contrario, sí creo que la Administración debe medir los mensajes de futuro, pienso en la automoción, para que se entiendan correctamente, no frenen el consumo y no dañen la producción local. El avance en digitalización y sostenibilidad son conceptos que vienen para quedarse y que tienen que estar presentes en todas las empresas en función de su tamaño y de su sector, pero que debemos incorporar. No supone un peligro, más bien una necesidad el que supiéramos colocarnos al nivel europeo.
- Para ganar competitividad, se establece como factores determinantes la inversión y la I+D+i. ¿Considera que están tratadas adecuadamente en la fiscalidad común y en la foral?
- Nosotros tenemos una capacidad de innovación relativamente destacada en comparativa con el entorno europeo y más con el español, pero también una capacidad de mejora importante. Somos un territorio pequeño y esa dimensión nos condiciona, pero tenemos universidades relativamente fuertes, centros tecnológicos de un buen tamaño y los conceptos de innovación, digitalización y automatización interiorizados por las empresas desde hace años. Es muy probable que nuestro tamaño nos condicione avances mayores y también el hecho de que no tengamos empresas de gran tamaño en un número tan amplio. Esta circunstancia hace que la capacidad investigadora se vea reducida. Ciertamente, no me preocupa tanto que la inversión esté más o menos fomentada por políticas fiscales, lo que sí considero clave es que se trabaje por impulsar empresas de mayor tamaño y que las compras corporativas se apoyen de forma notable y formen parte prioritaria de las políticas fiscales. Ello debe contribuir a que nuestras em presas medianas, muchas gigantes desconocidos, acaben dando el salto de mercado en Europa y el Mundo. Nos falta creernos que en el tamaño de nuestras empresas se encuentra la atracción y futuro como territorio.

CARA O CRUZ

“Los ERTEs han sido la mejor herramienta contra la crisis”

-¿Qué fiscalidad cree más favorable para la actividad empresarial: la de la comunidad de Madrid o la de la Diputación Foral de Bizkaia?
- Es una pregunta trampa... pero creo que objetivamente Madrid tiene una mejor política fiscal en términos generales, a pesar de que en Euskadi se ha hecho un gran esfuerzo en la última reforma fiscal para mejorar, al menos nominalmente, los tipos impositivos de Sociedades, que sí pudieron llegar a ser un freno de cara a las inversiones extranjeras.
-¿La industria vizcaína ha perdido, entre 2008 y 2019, un 23,4% de su empleo y un 28,7% de sus empresas, según Eustat. ¿Qué influye más en esa evolución: la fiscalidad empresarial y las cuotas sociales o la natalidad y la pirámide poblacional?
- La natalidad y la evolución demográfica vasca han condicionado más la pérdida de tejido industrial. No creo que la fiscalidad pueda tener tanta influencia para provocar una reducción de ese peso. Además, ahora, el peso industrial debe analizarse unido a los servicios avanzados que sitúa nuestro peso industrial en el PIB por encima del 25 por ciento.
-¿Si tuviera que elegir ahora, preferiría una prórroga general de los ERTEs o la confirmación de la actual legislación laboral?
- No me gustaría elegir entre las dos. En este caso tengo que decir que el ERTE, creado y aplicado por varios países europeos, ha sido la mejor herramienta a corto plazo; pero, al mismo tiempo, la actual legislación laboral, pendiente de elementos de mejora, seguramente es el mejor instrumento pa ra la creación de empleo en una época de crisis.
-¿El gasto vizcaíno en I+D sobre PIB fue del 1,65% en 2018, medio punto inferior a la UE y muy lejos del 2,37% guipuzcoano. ¿Considera que esta situación se deriva de la diferencia del tejido empresarial o de un mayor trabajo a largo de los agentes guipuzcoanos?
- Sin duda ninguna, la primera. Nosotros tenemos más peso de los servicios y ellos de la industria. Las políticas de I+D son similares en los tres territorios, sobre todo porque, básicamente, es competencia del Gobierno Vasco. Por eso la clave son los sectores económicos

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