El Ineos no solo ha sufrido en las carreteras francesas. Algo que esperaban, independientemente de ganar, o no, ‘la grande boucle’. También afronta los problemas de la economía y del automóvil en su sueño para construir el todoterreno ‘Grenadier’. Jim Ratcliffe, que lidera la clasificación de riqueza en Reino Unido por sus negocios petroquímicos, confiaba en que Egan Bernal repitiera en lo más alto del podium de París, pero al colombiano parece que le tocó la bicicleta sin engrasar y se arrastró durante todo el Tour.
A su jefe de fila, a su patrón, tampoco le va fino el desarrollo elegido para la construcción de su nueva fábrica de automóviles y de su todoterreno. Un proyecto de esa dimensión en Europa Occidental es una prueba de titanes, superior a escalar de una tacada los puertos de Grand Colombier, Madeleine y Loze; incluso de espaldas, como Rubén Gorospe ha trepado al Tourmalet en homenaje a los sanitarios en la lucha contra el Covid. El desafío y el sueño que nació en el pub londinense ‘The Grenadier’, en el que Ratcliffe pinteaba con sus amigos, parece que se debe adaptar a la nueva realidad financiera. La primera decisión, según me cuentan, ha supuesto la paralización de las inversiones en las nuevas plantas de Portugal y Gales, en las que cobraría vida el todoterreno. Este cambio de ruta les ha lanzado a las carreteras europeas a la búsqueda de líneas de montaje. La primera opción se la ofreció Daimler, que ha puesto a la venta su planta de Hambach, en la que ensambla el Smart y que ha remodelado para atacar vehículos de mayor tamaño. El precio, prohibitivo. No para Ratcliffe, sino para la cuentas de la empresa. También se ha rumoreado que la Nissan de Barcelona entraba en el baile, pero todo apunta a que no es puerto que, de momento, hayan incluido en el recorrido.
El Grenadier, finalmente, apunta a que disputará el prólogo en la planta eslovena de Magna, que trabaja bajo contrato, con la idea de que en 2022 luzca en los concesionarios. Esto no significa que Ineos renuncie al Tour de 2021, lo tendrá difícil; ni Ratcliffe a construir una planta propia en el futuro. Les deseamos la mejor de las suertes para que cumplan sus sueños, aunque ya saben que cuestas no van a faltar
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