Economía

La caída de la economía española se asemeja a la de Reino Unido, -21,7%, se acerca a las de Francia,-18,9%, e Italia,-17,7%, y se aleja del -11,3%de Alemania. El peso en nuestra economía de los servicios ligados al turismo como la hostelería, el transporte y el comercio, cuya caída se cifra en un 44,9%, explican dicho impacto diferencial. El confinamiento económico durante el segundo trimestre se hizo notar en todos les sectores y también contribuyó a una importante caída del consumo y la inversión, en ambos casos por encima del 25%.

Estamos en manos del Covid y de su evolución dependen el inicio de la recuperación y la intensidad de la misma en los próximos dos años. Así lo entiende el Banco de España quien en un reciente informe estima que al finalizar 2022 el PIB de la economía española alcanzará un nivel entre un -2/-6% inferior al del año 2019. El crecimiento de los próximos dos años se fundamenta en la progresiva recuperación de la demanda interna y también de un sector exterior que se beneficiará de la recuperación de nuestros principales clientes. El acierto de estos cálculos dependerá en gran parte de que se cumpla el supuesto principal de los mismos, que la pandemia tenga una respuesta médica suficiente a mediados de 2021.

Se detiene también el BE en estimar la evolución de la deuda pública cuyo nivel al finalizar el año 2022 se situará en un intervalo entre 118,7/128,7% sobre el PIB. Si bien en el corto plazo, los bajos tipos de interés aliviarán la carga de la deuda, lo previsible es que tanto en España como en todos los países de nuestro entorno la recuperación económica tendrá que venir acompañada de un esfuerzo fiscal. Hay que reseñar que la crisis del Covid ha provocado la creación de un Fondo de inversión europeo como el Next Generation, que en opinión de Lagarde pasará a ser un Fondo para siempre, y que por fin Alemania ha abierto el grifo de su gasto público, con un esfuerzo fiscal cercano al 30% de su PIB, iniciativas ambas que se venían reclamando desde la crisis financiera.

Este impulso expansivo, unido a la relajación monetaria del BCE, facilitará la salida de la crisis también a la economía española, que disfrutará de liquidez a buen precio y de apoyos exteriores a la demanda.

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