La cadena de valor que abarca convierte al sector en una industria productiva que afronta una profunda transformación
El sector de la construcción en el País Vasco y España “goza de buena salud, comparado con Europa, pero sigue afectado por la subida de costes productivos y financieros”, según Josu Sánchez, consejero delegado de SLK Sarkis Lagunketa. También anticipa a Empresa XXI que en España, el sector crecerá alrededor del 1 por ciento en 2024 y 1,8 por ciento en 2025. Mientras que en el País Vasco el crecimiento fue del 3,7 por ciento interanual en el segundo trimestre de 2024. En este escenario, el sector se enfrenta a numerosos desafíos económicos e incertidumbres políticas y a dificultades relacionadas con el acceso al crédito y al talento cualificado, costes de los materiales o requisitos energéticos y estrictas normativas urbanísticas que, sin embargo, “pueden presentar oportunidades interesantes”, explica Josu Sánchez.
Entre ellas destaca la adopción de nuevos métodos y tecnologías de construcción, como la digitalización y la automatización de procesos o la construcción ‘fuera del sitio’, es decir, su industrialización, “cuyo desarrollo, sin embargo, no termina de madurar”. “Tenemos un sector, una ‘industria’, con mucho recorrido de mejora, con unas expectativas favorables, mejores que nuestros vecinos europeos, pero para seguir en esta senda será necesario invertir en innovación y en productividad”, subraya Josu Sánchez.
En este camino, sería conveniente que “el sector de construcción fuera reconocido como industrial, con una interlocución directa con las administraciones públicas”.
Insistiendo en la necesidad de que los partidos políticos alcancen acuerdos, alejados de intereses partidistas y orientados a impulsar la actividad económica y empresarial. Gorka Aburto, CEO de Codenor, subraya que los buenos datos del sector se deben, en parte, al crecimiento que ha tenido la rehabilitación de edificios en poco tiempo, “pasando de ser el hermano pequeño de la construcción a referente económico y de creación de empleo”.
En la actualidad, gran parte de las ciudades, barrios y edificios están incorporando elementos de eficiencia energética, accesibilidad, confort y seguridad en las viviendas. “Sin embargo, esto puede verse afectado por la falta de continuidad en los programas de ayudas a la rehabilitación de edificios, paralizados desde marzo de 2023 por falta de fondos”.
Jesús Calvo, gerente adjunto de Obras Especiales, añade que aumentar el porcentaje de proyectos de construcción industrializada requiere mejorar tanto la producción como la productividad, de la mano de la innovación y la sostenibilidad.
Esto, a su vez, impulsará la captación de talento joven y permitirá incorporar a la mujer en el proceso productivo que representa el 8 por ciento del sector, pero no alcanza el 1 por ciento en producción directa. Construcción sostenible, conectividad y ciudades inteligentes son tendencias imparables que requieren de adaptación. Como explica un informe de la consultora tecnológica Ekon, el futuro de las ciudades pasa por convertirlas en núcleos respetuosos con el medio ambiente, conformados por edificios conectados y sostenibles, donde uno de los primeros desafíos es la reducción de la huella de carbono a través de la incorporación de materiales ecoamigables, o la utilización de técnicas más limpias como son la construcción modular o la impresión 3D.
La directora de I+D de Altuna y Uria, Maryna Narzabal, precisamente, apunta que están volcados “en la vigilancia tecnológica, minería del dato en los procesos y desarrollo de nuevas soluciones más sostenibles, con la digitalización como pilar”.
También pone en valor “la industrialización de los procesos dentro del ciclo de vida de una obra, como reto principal, así como la integración de las tecnologías emergentes, de forma estructurada y flexible”. Para garantizar el equilibrio entre el precio y la calidad, señala, todos los agentes clave en la cadena de valor “deben interactuar, desde el primer boceto hasta el ensamblaje de los elementos in-situ tras su fabricación offsite, asegurando la velocidad de adaptación al mercado y manteniendo la seguridad del usuario final”
Aitor Sourrouille, gerente de Construcciones Zabalandi, incide en que “la construcción sostenible seguirá siendo una prioridad y la digitalización del sector aumentará”, mediante la incorporación de soluciones de IA y herramientas para mejorar la eficiencia operativa. Vaticina que es necesario adaptarse; y, para ello, abordan ya “la implementación de tecnologías avanzadas, la optimización de procesos y el refuerzo de su compromiso con la sostenibilidad”.
Por su parte, el responsable de Economía de PwC, Jordi Esteve, indicó en la presentación del informe sobre el impacto de la construcción, elaborado en colaboración con Build:Inn, que esta actividad en el País Vasco abarca una extensa cadena de valor que integra diversos sectores de la economía vinculados con el desarrollo y ejecución de un proyecto completo, lo que hace que trascienda al propio sector: “Algunas de las profesiones multiplicarán por cinco su productividad. No las del sector de la construcción, pero sí las relacionadas con ella, como el diseño, el marketing o la comercialización”. Y apunta a la sostenibilidad y la IA como grandes elementos de transformación sectorial de cara a 2050.
La industria de la construcción facturó 10.700 millones de euros en 2023, lo que equivale al 13 por ciento del PIB vasco, según el informe sobre el impacto del sector, realizado por el Clúster de la Construcción de Euskadi Build:Inn y la consultora PwC. El sector emplea 122.031 trabajadores, el 12,4 por ciento de los ocupados en la CAPV, lo que supone un alza del 6 por ciento desde 2019.
La presentación del informe sirvió para “armarse de argumentos” y reivindicar una apuesta por el sector del que el director general del Cluster, Jon Ansoleaga, destacó su aportación en ingresos tributarios (2.237 millones de euros), y contribución al superávit de la balanza comercial de la CAPV (+8,2%), con récord de exportación de 1.831 millones de euros en 2022. La construcción “está ganando productividad con respecto a la economía porque se está sobreponderando la parte más industrial”, la de ingeniería y la de diseño, en contraposición con la de construcción propiamente dicha, explicó el responsable de Economía de PwC, Jordi Esteve. “Este rebalanceo hace que el sector sea prácticamente igual de productivo que la media de la economía vasca”.
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