Amplía su cartera de materiales con la incorporación de TPU, que le permite atender nichos en sectores como salud y deporte
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Mausa, empresa que combina la matricería convencional con las nuevas técnicas de fabricación aditiva en plástico y metal, ha dado un paso importante para poder atender nuevos nichos en su línea de negocio de fabricación 3D gracias a la incorporación de nuevos materiales a su oferta tecnológica. En concreto, ha añadido a su cartera el polímero de @Lubrizol Estane 3D TPU M88A, un material flexible y duradero con el que puede atender nuevos sectores como salud (ortopedia y prótesis) y deporte (equipamiento técnico), así como ahondar en otros tradicionales como automoción (utillajes y piezas interiores) e industria (accesorios y componentes funcionales).
Según han explicado a Empresa XXI responsables de la compañía, “la incorporación de este material responde a la creciente demanda de piezas técnicas en TPU que requieran contacto con la piel y un alto rendimiento mecánico, lo que demuestra que el 3D sigue entrando con fuerza en sectores donde la innovación y la personalización son vitales”.
Con el fin de poder trabajar con el nuevo material en las condiciones óptimas y garantizar la máxima calidad en el uso del mismo, la firma guipuzcoana ha incorporado una nueva ‘Processing Station’ del ecosistema HP, suministrada por Maquinser, destinada en exclusivo al trabajo con TPU. Este equipo “permite una manipulación más segura y eficiente del material, al facilitar la carga de las ‘build units’ y asegurar una mayor trazabilidad y control en los procesos productivos”. En esta línea de ampliación de capacidades, también se ha reforzado con una impresora de estereolitografía (SLA), la Formlabs Form 4, “que nos permite fabricar piezas con un acabado superficial de alta calidad y gran precisión. Aunque no se trata de una inversión estratégica de gran envergadura, supone un refuerzo útil para ampliar el rango de aplicaciones y seguir ofreciendo a nuestros clientes soluciones más versátiles”, han precisado las mismas fuentes.
Mausa, que cuenta ya con más de medio siglo de vida, apostó hace unos años por complementar sus servicios de matricería con los de fabricación aditiva orientada a la producción de series cortas de piezas totalmente funcionales. Actualmente, esta área de negocio se ha convertido en la que más volumen de ingresos aporta a la compañía. En gran medida, por las inversiones realizadas en los últimos años.
Además de las mejoras tecnológicas, otra de las áreas donde esta empresa familiar ha dado un salto “cualitativo”, según destacan sus responsables, es en la mejora de los procedimientos de calidad. En este sentido, además de revisar y actualizar los protocolos de la normativa ISO 9001, ha implementado el método de las 5S, metodología de origen japonés que busca la mejora continua de la organización, el orden, la limpieza y la disciplina en el entorno de trabajo, mejorando así la eficiencia, la seguridad y la motivación del personal. En otro orden de cosas, la responsable financiera de Mausa, Amalia García, que pertenece a la segunda generación de los propietarios de la compañía, se ha incorporado recientemente como vocal dentro de la nueva Junta del clúster Addimat.
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