Cocoon Bioscience, especializada en la fabricación de factores de crecimiento de alto rendimiento para la industria de proteínas alternativas, y enzimas para la industria sanitaria, ha elegido el P. T. de Bizkaia para escalar la producción y desarrollar su actividad. Su director ejecutivo, Joshua T. Robinson, ha explicado a Empresa XXI que tras validar su plataforma biotecnológica en el laboratorio de I+D que ocupan en Madrid, se proponen superar la fase piloto para industrializar la producción y pasar a la escala comercial de sus productos. Para ello están construyendo una planta industrial de 4.000 m2 en el parque tecnológico de Zamudio que, previsiblemente, entrará en funcionamiento en 2024 y empleará entre 25 y 75 personas, cuando esté plenamente operativa.

15 millones de euros en inversión industrial

Con este objetivo, la compañía cerró una ronda de inversión por importe de 15 millones de euros que contempla además de la construcción del nuevo edificio, la progresiva adquisición del equipamiento necesario para la nueva instalación, como equipos de automatización para incrementar la capacidad de producción y sistemas de purificación para garantizar que los productos se fabriquen con una calidad superior, señala el responsable. La inyección de capital servirá asimismo para ampliar la cartera de productos e invertir en innovación para mejorar la plataforma y proceso. Viscofán, accionista de Cocoon Bioscience, surgió en 2022 tras la venta de la empresa biotecnológica Algenex al grupo farmacéutico Insud Pharma. La plataforma de Cocoon utiliza insectos en su estado de capullo como biorreactores naturales, de alto rendimiento y bajo costo para fabricar proteínas y enzimas complejas, que son difíciles de producir con biorreactores tradicionales que dependen de fermentación microbiana. “Nuestros socios, entre los que se encuentra la empresa alimentaria Viscofán, Gestión de Capital Riesgo del País Vasco, Columbus Venture Partners y Cleon Capital Advisors, utilizan estas proteínas para una variedad de propósitos, desde producir carne cultivada hasta sintetizar ADN para terapias”, añade Joshua Robinson.

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