Un panel en mi casa

A pesar de la sequía y el consecuente escaso caudal de nuestros embalses, las más de 3.000 horas de sol al año que hay en España (y siguen subiendo) también tienen su lado positivo. La industria fotovoltaica ha registrado un importante crecimiento en los últimos años, ante la necesidad de acceder a alternativas para hacer frente al alza del precio de la energía; a una mayor conciencia por parte de la ciudadanía y las empresas frente al cambio climático; y al impulso de ayudas nacionales y europeas dirigidas a potenciar el autoconsumo. Efectivamente, la fotovoltaica es la estrella. De las renovables, la energía solar fotovoltaica fue la más utilizada en 2022 y la que mayor crecimiento registró: cerca de un 11 por ciento en términos de potencia instalada, según REData.

El director general de APPA Renovables, José María González, reveló, durante la presentación del estudio sobre el impacto macroeconómico de estas tecnologías que, de los 5.000 nuevos MW instalados conectados a la red, casi 4.000 correspondieron a la tecnología fotovoltaica, y poco más de 1.000 a la eólica. Así, según el avance de resultados, 2022 cerró con cerca de 2,4 GW de nueva potencia instalada, solo en autoconsumo. Todo un despegue, dado que en 2021 se instalaron 1,2 GW. Con vistas al presente ejercicio, España seguirá siendo el segundo mercado de la UE en energía solar, solo por detrás de Alemania. Según la Agencia Internacional de la Energía, la fotovoltaica seguirá consolidándose durante el próximo año, y será la energía renovable que registre un mayor crecimiento, especialmente en la Unión Europea en parte, impulsada por los programas de ayudas lanzado por el Gobierno para acercar las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo a hogares y empresas, que podrán solicitarse durante todo el año.

Fuente de ahorro

Según datos de REE, en 2022, la producción renovable supuso el 42,2% del mix nacional, con la eólica como segunda fuente de generación (22,2% del total), y la solar fotovoltaica en cuarto lugar (10,1%). No obstante, estas cifras representan un acumulado de producción histórico tanto en eólica como en fotovoltaica, superando en este último caso la del año anterior en un 32,6 por ciento. En la actualidad, el autoconsumo no sólo es solo sinónimo de eficiencia y sostenibilidad, sino también de ahorro económico. Según el informe del APPA, en 2021, el empleo generado por la industria renovable se incrementó en un 20 por ciento, hasta los 111.409 trabajadores. Por primera vez, la solar fotovoltaica es la que más aportó en este capítulo, al crecer un 30 por ciento, hasta los 35.000 empleados, por delante de la eólica. En 2022, el sector superará los 122.000 empleos gracias a la pujanza de la tecnología fotovoltaica y, en especial, a las instalaciones de autoconsumo. No obstante, siempre queda camino por recorrer y nuevos desafíos que superar. Entre ellos, el mantenimiento de las ayudas públicas para la implantación de nuevas instalaciones en el ámbito residencial y empresarial. Y sobre todo, seguir avanzando en el almacenamiento del excedente de energía que genera la placa solar. Y es que, con una instalación fotovoltaica se consigue un ahorro de hasta el 70 por ciento en la factura, y con baterías hasta un 85 por ciento. ¡Quién da más!

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