Tractoras

El año 2017 fue un mal año para la industria vasca. Dos empresas tractoras, emblemas de la nueva industria vasca tras la caída de la siderurgia y del sector naval, eran adquiridas por Siemens y Rolls. Por su lado, Gamesa sigue subsumida en su zozobra particular pero ITP, tras la salida de Rolls de su accionariado, ha retomado un rumbo que parece garantizar su futuro industrial y su sede social en Euskadi.

En aquel tiempo y en esta columna advertíamos que se echaba en falta una colaboración de las administraciones central y vasca ante situaciones de este tipo. Se trataba de dos empresas estratégicas vascas producto de la iniciativa privada, que habían adquirido rango multinacional en sectores de futuro como la industria eólica y aeronáutica, que habían recibido apoyo público en sus inicios, y pasaban bajo control extranjero sin ningún tipo de alternativa local. Afortunadamente ITP, en esta ocasión, ha recibido la atención de las administraciones central y vasca y de empresas como Indra, que podrían complementar el capital del fondo americano Bain y, en caso de salida a Bolsa futura, adquirir una mayor posición en el capital de la misma.

El resultado, ITP seguirá siendo una empresa tractora con sede en Euskadi. En USA y la UE estamos en tiempos de reindustrialización/renacionalización de las industrias consideradas estratégicas (muchas) y con colaboración público/privada. En este contexto vamos a competir, desde ya, con el resto de países avanzados y siguiendo el ejemplo de ITP será necesario dotarnos de una herramienta, con recursos públicos y privados, que garantice el control futuro de nuestras empresas tractoras y nuevas emergentes. BBVA y Kutxabank tienen sus sedes sociales en la CAPV y las administraciones han comenzado a colaborar en la industria. Reeditemos un IBV mixto y recuperemos centralidad financiera.

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