El 80% de las empresas no encuentran perfiles adecuados, según Adegi
Las perspectivas de las empresas para este año apuntan a mantener la actividad y seguir creciendo, todo lo cual es directamente proporcional a la creación de empleo. Esta afirmación es en sí misma una buena noticia, pero sus implicaciones provocan cierto desasosiego, dado que ya en el presente, y en el futuro cercano también, crear empleo mediante la contratación de perfiles adecuados, constituirá una misión de carácter estratégico, pudiendo llegar a tomar el significado de ‘hazaña’.
El dato que arroja la encuesta de Adegi es, como mínimo, “significativo”. El 80 por ciento de las empresas guipuzcoanas que quieren contratar tienen dificultades para localizar los perfiles profesionales adecuados. Una situación que ya está provocando la paralización de proyectos con el consiguiente impacto en la economía. La estimación del empresariado guipuzcoano anticipa un total de 8.500 nuevas contrataciones, solo en el sector privado. Asumiendo que concurrirán jubilaciones, ceses, cierres y/o despidos, la cifra final ronda los 4.100 empleos netos. Y la realidad es que si las empresas no logran encontrar personas capaces de llevar adelante los proyectos de desarrollo, la actividad se ralentizará y con ella el crecimiento previsto. Y ¿por qué no dan con los perfiles cualificados? Fundamentalmente, por “no encontrar la formación o especialización necesaria, o por carecer de la actitud, disposición y/o interés requerido”. Una afirmación que apunta directamente a la insuficiencia de oferta formativa por parte de los centros educativos y, lo más preocupante, a las características actuales de los candidatos. Considerando que de las 3.200 contrataciones que se prevén realizar en 2024, la mayoría de los estudios demandados se focalizan en personas con formación universitaria, posgrados y ciclos formativos superiores; y que los principales grupos de ocupación de los nuevos puestos son de personal técnico, científico y de producción, en áreas de montaje y mantenimiento, ingeniería y calidad; las necesidades, apuestas y desafíos a los que se enfrenta empresa y ámbito educativo invitan a elevar su complicidad. Nos enfrentamos a una realidad con menos jóvenes que, además, en una amplia mayoría prefieren opositar al sector público, antes que contribuir a aumentar la productividad de la empresa privada. A una limitada y, en ocasiones, arcaica oferta formativa; y a un espectro laboral que arroja un paro estructural difícil de recualificar. Promover la fortaleza de nuestras empresas y territorio para atraer el talento de fuera parece la única salida.
No obstante, todo esfuerzo será baldío si no ponemos en valor, también, a nuestros jóvenes. Tal como se destacó en una jornada organizada por Deusto Business Alumni con motivo de la entrega de los premios Arizmendiarrieta, el momento actual de cambio de paradigma requiere capacidad de adaptación, de aprendizaje continuo y de toma de decisiones. Pero el talento es “mezcla entre don, motivación y entrenamiento” y avanzar en la “humanización de la empresa” puede ayudar a fomentar estas virtudes. Citando a Arizmendiarrieta: “Transformar la empresa para transformar la sociedad”.
Todos los derechos reservados Industria y Comunicación S.A.