Otro factor que incide en la aceleración de la inflación es la comparativa interanual. 2020 fue un año casi deflacionario.
Si los titulares de prensa acabaran influyendo en las expectativas de inflación, estaríamos en la antesala de un período inflacionario. Tras las secuelas de deuda privada y pública que nos han dejado las crisis financieras y la aún presente del Covid, cualquier endurecimiento de las políticas monetarias antiinflacionistas, con restricciones de liquidez y subidas de tipos, sumiría a la economía mundial en una nueva recesión.
La tesis dominante de los bancos centrales, FED y BCE, es que las subidas de precios tienen un carácter transitorio. Así lo acaban de ratificar sus presidentes, que sostienen que para mediados de 2022 la inflación volverá a niveles del 2%. La subida de los precios energéticos, de las materias primas y algunos atascos en las cadenas de valor globales están en la base de los procesos inflacionarios actuales. Así en el caso de la zona euro y de España se observa una importante diferencia entre los niveles del IPC interanual de Octubre, 4,1/5,5%, y la inflación subyacente (sin energía), 1,9/1,4%. En el caso de USA la distancia es menor,5,4/4,0.
Estas subidas de los precios de los inputs se atribuyen a las rigideces de la oferta ante una aceleración rápida de la actividad y son propias a la salida de crisis tan severas como la vivida. La diferencia de la economía americana se explica por las rigideces de su mercado de trabajo y su impacto en los salarios Además de los factores mencionados, otro factor que incide en la aceleración de la inflación es que la comparativa es interanual y 2020 fue un año casi deflacionario. Según un reciente informe de CEPS, think thank asesor de la CE, si referenciáramos la subida en un período de dos años, esta sería inferior al 2%.
También anuncian los bancos centrales que hay factores de incertidumbre que les obligarán a estar vigilantes y uno principal es el efecto de segunda vuelta en las reivindicaciones salariales. Durante las dos recientes crisis hemos presenciado como un mix de políticas monetarias y fiscales heterodoxas y un comportamiento moderado de los salarios han permitido hacer frente a los retos planteados. Si pretendemos que el mix siga funcionando en 2022/23 es aconsejable que la política salarial cumpla su parte. Hará falta pedagogía.
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