La noche de la empresa vasca 2022
REGISTRO

Política industrial y tecnología, herramientas de la soberanía europea

“Solo con visión y cohesión seremos capaces de seguir viviendo en bienestar. Amberes es también nosotros”.

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Y el Mejor Empresario Vasco del Año 2021 es...
REGISTRO
Emiliano López Atxurra
Presidente de Petronor
26/4/2024

El 15 de febrero de 2024, Mario Draghi impartió una conferencia en el Policy Conference de la National Association for Business Economics de Washington, en la que expuso la siguiente tesis: 1.- El paradigma de la globalización económica se ha transformado totalmente y estamos viviendo en medio de esta transformación y 2.- La política económica deberá apoyarse más en medidas presupuestarias que monetarias.

Días más tarde, el 24 de febrero, en su intervención ante el Consejo informal de Asuntos Económicos y Financieros sobre competitividad, señaló las consecuencias negativas para Europa si no moviliza recursos financieros significativos para hacer frente a los desafíos tecnológicos e industriales que conlleva la revolución tecnológica y las necesidades en defensa y energía a corto plazo.

Por último, la declaración de Amberes, firmada por 73 líderes europeos de 20 sectores industriales, reafirma la necesidad de materializar la ruta estratégica que variados análisis, desde Bruegel (Redefining Europe’s economic sovreignt) hasta la Fondation Robert Schuman (Politique de concurrence et politique indstriel: pour une reforme su droit europeen) venían señalando como necesarios para hacer frente al galopante nacionalismo de China y USA.

Sin embargo, la prepotencia ideológica de una globalización al servicio de Europa ha sido la cortina de humo que nos ha impedido ver la importancia de la economía industrial, y sobre todo las señales que desde 2005 se lanzaban desde China. Su apuesta de largo plazo en control de metales críticos, su postura del lado de la tecnología y control de aspectos relevantes de la movilidad eléctrica, su estrategia por el control tecnológico e industrial de la transición digital y energética... ha puesto de relieve, de forma evidente, la debilidad tecnológica, industrial y energética de Europa.

Tampoco hemos sabido abordar los diferentes terremotos de orden financiero y político que, desde 2007, daban señales a Europa de que el mundo idílico que nos habíamos construido en nuestro particular metaverso geopolítico podía ser destruido por un tsunami, como el de la guerra de Ucrania, situándonos ante el espejo de la realidad geopolítica y geoeconómica, obligándonos a ser honestos con nuestras debilidades y fortalezas. No hay futuro sin unos sólidos cimientos en materia de energía y defensa y el material para ello es seguridad de suministro de materias primas, tecnología, industria y la gobernanza fiscal. Volvemos a las bases fundacionales del proyecto europeo, Unión Energética Europea y Comunidad Europea de Defensa. Una honestidad que tanta falta hace a la hora de abordar los desafíos de la descarbonización y de la seguridad europea en el mundo de hoy, asumiendo el reto de competir en una era de interdependencia global afrontando nuestras capacidades y desafíos estratégicos, tanto en términos militares como energéticos y digitales.

Una honestidad que nos obliga a la industria a poner el acento en la estrategia tecnológica e industrial para una transición energética sostenible frente a la publicidad engañosa permanente de responsables públicos y privados, embajadores activos de la desindustrialización de España y de Europa en beneficio de otros o propios. Una honestidad que nos obliga a entender el papel integrador de la energía, la defensa y la digitalización en una estrategia de renacimiento tecnológico e industrial para asegurar nuestra soberanía en la interdependencia. Una honestidad que nos obliga a dotar de fortaleza nuestras capacidades financieras, tecnológicas e industriales, para poder ser un actor en el sistema tecno industrial europeo que se está reconfigurando.

Honestidad en la reflexión necesaria sobre nuestra posición como región industrial europea que quiere ser altamente competitiva en un sistema industrial que está escorándose hacia el este. Los activos que disponemos no son menores. Cultura industrial, cultura tecnológica, ubicación geográfica y fondos financieros.

¿Que nos falta? Recuperar la visión estratégica de País en el nuevo contexto europeo, para disponer de estrategia industrial, asumiendo la necesidad de un fondo público-privado con capacidad real de realizar operaciones estratégicas, modernizar y adecuar el sistema científico tecnológico a los desafíos de la estrategia industrial y la ambición marcada por la Unión, poner en valor las conexiones digitales atlánticas...

En definitiva, salir de la comodidad de un mundo que ya es pasado y asumir la tensión de un mundo que está naciendo. Solo con visión y cohesión seremos capaces de seguir viviendo en bienestar. Amberes es también nosotros.

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