Adegi ha diseñado una nueva estrategia 2021-2024 para el impulso de su modelo de transformación empresarial.
Hace casi una década que Adegi decidió cambiar el rumbo de las empresas. La crisis de 2008 extendía su sombra a la nueva década y presentaba un horizonte oscuro para un modelo de relaciones laborales muy alejado del vigente en otros países, como Alemania, en el que las empresas absorbían los impactos de la crisis con más solvencia. Presentaron la Nueva Cultura de Empresa como herramienta para unir intereses entre propiedad y trabajadores, aumentar la transparencia y mejorar la implicación en los proyectos.
Adegi interiorizó que parte de la debilidad empresarial radicaba en un modelo obsoleto. Todos veíamos a la industria guipuzcoana como un referente en su capacidad innovadora e internacional, a pesar de los problemas derivados de una dimensión inapropiada para los grandes retos a los que se enfrentaban, pero ellos se reconocían anémicos.
Los datos del Eustat fotografían el mar de fondo de la realidad ultra competitiva en el mundo. Sus estadísticas dibujan con un par de datos la existencia de graves problemas: los establecimientos industriales en Guipúzcoa registraron una baja del 23,9 por ciento entre 2008 y 2020 y del 8,5 por ciento entre 2015 y 2020, en este último caso un porcentaje que duplica al de la media de establecimientos. El mundo actual es más cruel para la industria y, prácticamente, ha fagotizado una cuarta parte de los establecimientos manufactureros. No analizamos si los más pequeños o los peor gestionados... nos quedamos con el dato que refleja un síntoma del infierno que rodea a la industria.
Adegi, desde hace una década, trabaja para corregir uno de esos déficits. Por ese motivo ha diseñado una nueva estrategia 2021-2024 que se apoya en tres pilares: Puesta en marcha de Fabrika, continuar con la sensiblilización de la NCE y reconocer el impacto social de la empresa, con la misión de “contribuir a la sostenibilidad económica, social y medioambiental de las empresas a través de la prestación de servicios avanzados y proyectos de alto valor añadido; defendiendo la empresa como garante de bienestar social”. Confían tanto en el plan, que han arriesgado más de cinco millones en el impulso de la NCE a través de ‘Fabrika’.
Una apuesta empresarial en todos su parámetros.
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