Miedo a la IA

El desarrollo que la inteligencia artificial (IA) está experimentando en los últimos tiempos está siendo exponencial y se prevé una progresión tal, que en estos momentos hay una gran preocupación en todos los estamentos de la sociedad por los riesgos que puede suponer. Esto está llevando a las empresas y desarrolladores a un llamamiento a controlar de alguna forma la carrera en el desarrollo de la tecnología en sí hasta conocer el verdadero potencial y riesgo de una evolución sin control. Además, se está apelando a adoptar acuerdos éticos sobre los principios de su desarrollo y aplicaciones de forma que se pueda imitar los efectos perniciosos de la IA. Creo que las expectativas de limitar el desarrollo de la IA son poco realistas, ya que no se pueden poner puertas al campo, y tendrá que limitarse a los principios éticos y los valores de las personas que las utilicen. Hoy día, además de las aplicaciones profesionales e industriales de la IA que se están desarrollando e implantando en las empresas cada vez de forma más habitual, estamos teniendo también a nuestro alcance a nivel de usuario particular múltiples aplicaciones que podemos utilizar de forma cotidiana para aplicaciones de uso diario, tanto a disposición de adultos como de menores, sin ninguna limitación. Tristemente estamos conociendo también estos días diversas muestras de malos usos por parte de la población en general en la vida diaria de las aplicaciones desarrolladas de IA que están poniendo en evidencia las miserias de nuestra sociedad. Nos estamos centrando en tratar de controlar y limitar el desarrollo de la IA por el miedo a su potencial impacto en la sociedad, pero creo que es mucho más importante y realista que las personas nos comprometamos (y sobre todo eduquemos) a un uso ético de la IA y sobre todo al servicio de las personas.

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