El fuerte dinamismo exterior de nuestra economía permite que sigamos conciliando crecimiento y saldo exterior positivo
El FMI acaba de emitir su informe anual sobre la economía española en el que analiza la situación y perspectivas de la misma, a la vez que emite su opinión sobre las políticas aplicadas y futuras. El crecimiento estimado para 2022 lo sitúa en un 4,6 por ciento, desacelerándose en 2023 hasta un 1,2 por ciento. En 2024, el PIB español alcanzaría el nivel prepandemia siendo muy reseñable, como se confirma en el reciente informe de la OCDE, el fuerte dinamismo exterior de nuestra economía que permite que sigamos conciliando crecimiento y saldo exterior positivo.
El FMI estima que la inflación subyacente para 2024 se situará por encima del 2 por ciento, nivel objetivo del BCE. En cuanto a las políticas ejecutadas por el gobierno, el FMI sostiene que “las medidas de apoyo público han ayudado a proteger a empresas y hogares… y el empleo ya se sitúa en niveles superiores a la prepandemia”. En materia de inflación destaca el impacto de la “excepción ibérica” como factor de desaceleración y menciona el no encadenamiento hasta el momento de la espiral inflación/salarios. Como factor estructural, destaca el mal comportamiento relativo en la evolución de la productividad y lo relaciona con el tamaño de la Pyme. En el capítulo de tareas futuras el ajuste del déficit público/PIB con una reducción anual de -0,6 por ciento, dentro de un Plan Plurianal como el previsto en la Nueva Política de Estabilidad Europea, sería lo adecuado.
Eso exigiría restringir las ayudas a los sectores más vulnerables, transitoriamente la aplicación de impuestos extraordinarios a las empresas y sectores sociales más favorecidos y definir la financiación del sistema de pensiones tras el ajuste a la inflación. Se insiste en la mejora de las políticas activas de empleo y el obligado buen resultado del programa NG.
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