En tiempos en los que la atracción de talento se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza, un futuro unicornio galopa en nuestro entorno. Y no lo hace en un ámbito cualquiera, sino en el de la computación cuántica, un mundo que está llamado a revolucionar todo lo que conocemos a nuestro alrededor, abriendo la puerta a una nueva era tecnológica.
La startup donostiarra Multiverse-Computing se aproxima al olimpo de las empresas tecnológicas valoradas en más de mil millones de dólares tras haber conseguido lo que hasta ahora era imposible, resolver problemas irresolubles a través de las leyes de la física cuántica. Un salto del bit al cubit en el que han logrado incorporar a sus filas a una amplia y diversa plantilla experta en un mercado en el que la competencia por la captación de perfiles de alto nivel es voraz. Todo un hito en los días que corren. Pero es que el propio talento es el mejor imán para atraer nuevo intelecto, siempre aderezado con una seductora propuesta de valor. Una lección bien aprendida sobre el papel que no acabamos de materializar, lo que nos lleva a una reflexión: toca reinventarse.
Queda claro que, para atraer profesionales cualificados, no basta con sacar la chequera. Ahora lo que inclina la balanza a favor es el hecho de formar parte de un proyecto profesional alineado con sus objetivos de vida, un ambiente motivador y planes de desarrollo que les permitan crecer y escalar a un nivel superior. El quid de la cuestión es saber transmitir por qué merece la pena que apuesten por nuestra empresa.
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