IA en todas partes

Innobasque ha presentado su informe de Prospectiva 2024 y, fiel a su idiosincrasia como Agencia de Innovación, por primera vez, lo ha hecho a través de un formato de webinar en directo. Para ponerlo en contexto, su presidente, Manuel Salaverria, ha citado el título de la película oscarizada en 2023, ‘Todo a la vez y en todas partes’ dibujando una realidad marcada por un conjunto de “megatendencias que, al interactuar unas con otras, provoca una situación de futuro incierto”.

El responsable ha descrito el nuevo orden mundial que vivimos, afectado por una “policrisis” permanente, en un entorno de gran aceleración tecnológica que, a menudo, “genera un trasfondo de inseguridad, de cambio de valores y de preocupación continua”. Sin olvidar el futuro económico que nos espera, expuesto a una serie de elementos de incertidumbre que a corto plazo no van a desaparecer y que afectarán de forma diferente a las cuatro generaciones que actualmente coexisten. En definitiva, toda una suerte de desafíos ante los que el informe anima a las organizaciones a “comprender la intersección” entre los aspectos geoestratégicos, tecnológicos y económicos, como medio para anticiparse al impacto de los riesgos y las oportunidades de un entorno que, también, es medio ambientalmente incierto. Para afrontar este aparente caos, la innovación se erige como herramienta para el entendimiento de las tendencias emergentes y la adaptación de las organizaciones a las mismas, con la inteligencia artificial como tendencia estrella. No porque sea una moda, sino porque, según han señalado desde Innobasque, Lola Elejalde y Oihana Blanco, “su uso está justificado ante un objetivo o reto complejo” en el ámbito de la automatización, la eficiencia o las transformaciones en la propuesta de valor.

En este contexto, la IA generativa se presenta como un boom, por su capacidad para crear ideas y contenidos nuevos no estructurados, con impacto en trabajos relacionados con el conocimiento, que pretende mejorar la productividad humana. Cómo se usa y qué riesgos queremos correr con su aplicación es el quid de la cuestión. Pero ya se evidencia su interrelación con otras tendencias como la medición de los beneficios de la sostenibilidad, como ventaja competitiva para las organizaciones, o la computación cuántica, siguiente salto tecnológico en el ámbito del almacenamiento de los datos y la rapidez con la que procesamos la información. La IA está en todas partes, pero es imponderable alcanzar el equilibro entre los impactos negativos y los beneficios.

Sin tiempo que perder

Humanos aumentados, clientes sintéticos, innovación autónoma... La IA abre infinitas posibilidades en todos los ámbitos y “se estima que ayudará a incrementar la productividad de la I+D entre un 10 y un 15 por ciento”. “No hay tiempo que perder” pero, antes que nada es necesario “reflexionar y probar”. De hecho, el chatGPT creado por Innobasque para interactuar con el informe de tendencias, no dio el resultado esperado durante la presentación online. Una ocasión en la que la inteligencia humana brilló por su capacidad de improvisar.

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