IA

La inteligencia artificial, que cada vez está más de moda en los entornos empresariales y en la propia calle, la componen un conjunto de programas y algoritmos que pretenden hacer funcionar a máquinas imitando las capacidades e inteligencia de los humanos para realizar tareas, y además que vayan mejorando con el uso (aprendizaje) con el objetivo final de superar las capacidades y aportaciones de los propios humanos. Todo esto nos abre un mundo casi ilimitado de posibilidades y aplicaciones en los campos de más impacto en las empresas como son el transporte, la educación, la sanidad, la cultura, las finanzas, o incluso en el apoyo y la asistencia directa a personas, casi todos los sectores están potencialmente afectados y el análisis de su posible impacto es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos, es una tecnología incipiente aunque cada vez menos y que está llamada a abrir nuevas oportunidades.

Como toda tecnología no debe de convertirse en un fin en sí misma, sino que debe de ser un instrumento al servicio de “la misión” de las entidades y en última instancia debe de estar al servicio de las personas. Para que este fin de que la inteligencia artificial esté al servicio de las personas, debemos asegurarnos de garantizar entre otros, una serie de principios que, aseguren decisiones justas y libres de prejuicios, transparencia en algoritmia de decisiones y trazabilidad en responsabilidad del impacto de las decisiones, seguridad y privacidad de las personas y cuidado de estas. En definitiva, debemos tener claro las reglas de juego, en cuanto a diseño y funcionamiento de una tecnología con muchísimo potencial y llamada a marcar una época por lo que es fundamental que tengamos la tranquilidad de que hay transparencia y seguridad en el gobierno de esta y que el fin último son las personas.

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