El pasado 5 de diciembre pasará a la historia por ser la primera vez que en un experimento de fusión nuclear se obtenía más energía de la aportada al combustible. Se trata de un logro científico histórico del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, en Estados Unidos, y está llamado a ser el principio de lo que podría ser una nueva forma de generación de energía limpia, barata y sostenible que nos permitirá fabricar, consumir y, en definitiva, vivir sin miedo a los costes, al agotamiento de recursos o a la creación de residuos nocivos que alimenten el cambio climático. Hasta ahora, las energías renovables han ofrecido una alternativa a la necesidad de energías limpias, pero están sujetas a la disponibilidad del sol o del viento. La fusión, en cambio, necesita como combustible tritio, fácil de obtener, y deuterio, disponible abundantemente en la naturaleza, por lo que se puede considerar como una fuente de energía infinita. Además, no se producen gases de efecto invernadero en el proceso. Por tanto, la fusión nuclear sería la solución definitiva al problema energético de la humanidad.
Este tipo de energía se conoce desde el siglo pasado y se replica a nivel de laboratorio frecuentemente. Pero hasta ahora, no se había conseguido un balance neto positivo de energía. Ahora que el reto científico se ha logrado, el siguiente paso es escalar el proceso desde la dimensión de experimentos de laboratorio hacia dimensiones industriales para llegar a generar cantidades de energía similares a las centrales de fisión nuclear o de combustibles de origen fósil, que puedan dar respuesta a las necesidades de comunidades e industrias. Estos retos por resolver y los desarrollos a ejecutar hacen que la disponibilidad de soluciones industriales no sea viable aún en el corto plazo. Este es un viaje con un camino definido y un destino claro, pero que aún tardará unas décadas hasta ver centrales de fusión en marcha. El coste de la energía, una vez se desarrollen estas centrales, será inferior al actual, pero la inversión necesaria para el escalado es todavía muy alto.
Actualmente, hay una carrera por conseguir desarrollar la fusión en un estado industrial. Paralelamente al proyecto del laboratorio Lawrence Livermore, hay otros muy avanzados y volcados con esta energía, entre los que destaca por su envergadura el ITER, el Reactor Experimental Termonuclear Internacional, que trabaja en la construcción de un reactor de fusión nuclear experimental capaz de obtener diez veces la energía de entrada. Este proyecto cuenta con la participación de más de 35 países, con una representación vasca de más de una decena de empresas, y el logro estadounidense es sin duda una motivación para incrementar los esfuerzos. Y es que la generación de energía por fusión nuclear abre una vía de oportunidades para empresas y centros que, a medio y largo plazo, va a constituir un volumen de negocio muy potente, de manera similar al que supone actualmente la construcción, operación y mantenimiento de las centrales de generación a partir de combustibles fósiles.
Las empresas de Euskadi están siendo muy activas en la contribución a las tecnologías de fusión, con el proyecto ITER a la cabeza. Su experiencia en procesos de fabricación, unión y montaje de alta precisión, con niveles de calidad y fiabilidad extremadamente altos en materiales y aleaciones de muy alto valor añadido, no convencionales, las posiciona en un lugar muy destacado para el desarrollo y construcción de diferentes elementos y sistemas necesarios en este sector industrial y productivo. Desde Tecnalia, concretamente, aportamos a la iniciativa ITER tecnologías altamente sofisticadas que ayudan a que las piezas de ese puzle tan complejo que es la fusión nuclear encajen. Se trata de desarrollos relacionados con la fabricación de recubrimientos e ingeniería de superficies, tecnologías de unión avanzadas entre materiales disimilares, o superaleaciones para elementos de colisión de haces de ignición del plasma y también para el sistema de transferencia térmica de la vasija de vacío del tokamak. En definitiva, la necesidad de la humanidad es encontrar un método de generación de energía limpia, barata y sostenible, y la fusión nuclear es la tecnología que cumple estos requisitos y aporta, además, un método de generación continuo. El descubrimiento de las empresas e institutos estadounidenses anima y motiva a seguir con el mismo nivel de esfuerzo e inversión en esta tecnología, ya que deja ver que la fusión es un camino sólido y de futuro para resolver el problema energético de manera respetuosa con el planeta, al mismo tiempo que abre un nuevo mundo lleno de oportunidades para las empresas a nivel energético, de sostenibilidad, y también de negocio.
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