En un entorno globalizado y altamente competitivo como el que enfrenta la industria vasca, las empresas deben implementar estrategias financieras robustas para crecer y mantenerse competitivas. Las empresas del País Vasco, con su fuerte tradición industrial y su apuesta por la internacionalización y la innovación se encuentran muy bien posicionadas en términos de capacidades técnicas, pero no podemos decir lo mismo en el uso de las diversas herramientas financieras que hoy tienen a su disposición para potenciar su desarrollo y expansión. En la actualidad, no basta con ser una empresa líder en el ámbito industrial. Es igualmente crucial desarrollar una sólida cultura financiera que sustente el crecimiento y la competitividad.
Ganar tamaño requiere una combinación de estrategias financieras
El tejido empresarial vasco debe combinar su excelencia técnica con una gestión financiera estratégica y eficiente. Esto permite a las empresas tomar decisiones informadas basadas en datos, gestionar riesgos de manera efectiva, adaptarse con mayor agilidad a los cambios en el entorno y optimizar el uso de recursos, manteniendo su liderazgo industrial y asegurando su viabilidad a largo plazo. Ganar tamaño y mejorar su competitividad en el mercado, requieren una combinación de estrategias financieras bien analizadas y ejecutadas. Desde la inversión en innovación, la gestión eficiente del capital de trabajo y la expansión internacional hasta las oportunidades de crecimiento inorgánico, cada estrategia debe alinearse con los objetivos y capacidades de la empresa. El tamaño importa y las empresas, particularmente las pymes por su mayor vulnerabilidad, deben evaluar cuidadosamente qué parte de su crecimiento puede lograrse de manera orgánica, mediante la expansión interna, y cuál requiere una estrategia inorgánica. El crecimiento orgánico permite un desarrollo más controlado y sostenible, alineado con la cultura y los recursos internos de la empresa. Sin embargo, en mercados muy dinámicos como los actuales, las oportunidades inorgánicas pueden ofrecer un camino más rápido para acceder a nuevas tecnologías, mercados y capacidades.
Determinar el equilibrio adecuado entre crecimiento orgánico e inorgánico es esencial para maximizar el potencial de la empresa y adaptarse rápidamente a las cambiantes condiciones del mercado. Lograr este necesario crecimiento utilizando únicamente recursos propios puede ser una tarea compleja para muchas empresas. Afortunadamente, las alternativas financieras para apoyar el crecimiento se han diversificado y desarrollado notablemente en los últimos años. Estas opciones ofrecen a las empresas la flexibilidad y los recursos necesarios para emprender proyectos ambiciosos, innovar y expandirse sin depender únicamente de sus propios recursos y complementándolos. Son opciones de financiación que deben ir acompañadas de experiencia, asesoramiento estratégico, recursos adicionales y apoyo continuo. Este apoyo no financiero resulta decisivo a la hora de decidir la alternativa financiera, y que una empresa crezca, se consolide y mantenga su competitividad a largo plazo.
No existe una única opción financiera que sea ‘mejor’ que las demás
Decidir qué tipo de inversor nos acompañará en nuestro plan de crecimiento es una decisión que puede influir significativamente en el éxito de la empresa. No todos los inversores son iguales. Cada uno aporta diferentes beneficios y expectativas, en función de su grado de participación. A la hora de elegir un inversor, es fundamental evaluar las necesidades específicas de la empresa, sus objetivos a corto y largo plazo, la posición de los actuales accionistas y la cultura corporativa. Por eso, es importante destacar que no existe una única opción financiera que sea ‘mejor’ que las demás. Cada alternativa tiene sus propias implicaciones y se ajustará mejor a situaciones empresariales concretas, así como a las distintas motivaciones de la propiedad. Una alineación adecuada entre la empresa y el inversor no solo asegura el aporte de capital, sino que también fomenta una colaboración productiva y estratégica que impulsa el tan necesario crecimiento sostenido. En definitiva, la clave es encontrar inversores cuya visión y expectativas se alineen con las de la empresa, creando una relación de confianza y beneficio mutuo. Así, se potencia el arraigo del proyecto, su crecimiento y la resiliencia en el tiempo.
Desde Elkargi consideramos fundamental que las pymes se preparen antes de la entrada del inversor con la implantación de herramientas que mejoren y profesionalicen la gestión financiera, igualmente es fundamental que las pymes se informen y conozcan las diversas alternativas financieras disponibles en la actualidad. La falta de conocimiento sobre todas ellas es un freno en su desarrollo y lastra su competitividad. Existen múltiples vías, desde los mercados de capitales y el private equity hasta los family offices y los holdings industriales. Cada una con sus propias ventajas y desventajas. Comprender estas alternativas permite a las pymes tomar decisiones estratégicas fundamentadas que aseguren su futuro en un entorno cada vez más exigente.
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