La incógnita electoral al Parlamento Vasco se ha resuelto -a falta del voto CEDA-. Lo primero, comentar que ‘mi barómetro’ falló. No más que otros. Como referencia, atribuí 26 escaños al PNV y sacó 27. Los sociómetros de Lehendakaritza y CIS le asignaron 29 y 30-31, respectivamente. En el caso de Bildu acerté con los 27, mientras que en Lakua le daban 29 y el CIS 28-29. En la parte alta, les barrí. En el bloque central, el saldo fue peor. El PSE sorprendió. Anticipé 9 y obtuvo 12, pero Lakua le asignaba 10 y el CIS 10-11. Los 7 del PP dejaron como muy optimistas los 9 de mi bolita, aunque tampoco lo clavaron desde Lehendakaritza (6), ni los tezanitos (5-6). Me quedé solo en el escaño a Vox, aunque el CIS, que usa horquillas para fallar menos, le situó en 0-1. A Sumar- Podemos les anticipé 3, y se quedaron en 1. Fue el único acierto de Lakua, mientras que el CIS lo dejó en horquillas de 0-2 y 0-1 para los ex-amigos en la solidaridad y el desinterés universal.

La bajada del PNV registra lecturas singulares. En los porcentajes finales de 2024 sobre 2020 cedió un 16,2% en Alava, un 13,6% en Guipúzcoa y un 7,1% en Vizcaya. Algunos dicen que la borrachera rojiblanca de ETB pasó factura por la distinta cobertura frente a otros éxitos, aunque también podría ser lo contrario, que evitó un desgaste mayor en Vizcaya. Pero el talón de Aquiles fue Osakidetza, que en los debates centró lo negativo en los territorios en los que más posiciones cedió. Lo más sorprendente se produjo con la baja predicción de escaños del CIS para los socialistas. Eso indicaría una situación mucho peor al inicio de la campaña, que revirtió Eneko Andueza, sin ninguna duda el candidato más empático, combativo y vivo en los debates. Ahora bien, se pasó de frenada al fijar en el 40% su promesa de peso de la industria en el PIB. Eso, querido Eneko, supondría rebajar el peso de los servicios, incluido el sector público, más de 15 puntos. Imposible, salvo que nos llevéis al siglo XIX otra vez.

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