No se trata de emitir menos CO2, sino de romper la dependencia de los combustibles fósiles en los procesos productivos

Aveq-Kimika, para favorecer la sostenibilidad de nuestras actividades industriales y combatir el cambio climático, hemos establecido una estrategia que hemos denominado “Desfosilización”. La “desfosilización” de la energía en la industria vasca es, en esencia, dejar los combustibles fósiles y utilizar electricidad renovable, hidrógeno verde, geotermia o combustibles sintéticos. No se trata sólo de emitir menos CO2, sino de romper la dependencia de los combustibles fósiles en los procesos productivos, favoreciendo la mayor diversidad de fuentes energéticas posible.
Los sectores intensivos en energía compiten ya en un mercado donde el coste del CO2 marca el paso, lo que puede ser una oportunidad para Euskadi, donde el tejido industrial dispone de ingeniería, centros tecnológicos, vertebración asociativa y cadenas de suministro capaces de convertir la transición energética en negocio, empleo y ventaja competitiva. Hemos empezado por la medición exacta, tanto de consumo, como de emisiones. También en las pymes.
Seguimos con la eficiencia: la energía más barata y limpia es la que no se consume, mediante mejoras de procesos. La electrificación con renovables, cuando la temperatura lo permite y los combustibles renovables —hidrógeno y combustibles sintéticos—procesos de alta temperatura. Todo ello exige inversión, marcos regulatorios estables e infraestructuras energéticas: redes eléctricas reforzadas, gasoductos preparados para gases renovables y puertos capaces de manejar nuevos vectores energéticos, infraestructuras en las que la seguridad deberá ser previa y esencial. La desfosilización no es un eslogan, es una hoja de ruta para que la industria vasca siga siendo competitiva en un mundo que avanza inexorablemente hacia una economía climáticamente neutra.

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