¡Autoqué!

No sé si todo en la vida es relativo, y si las cosas son del color del cristal con el que se mira. Pero, sin duda, los sucesos reales están al otro lado del vidrio. El objetivo, si uno quiere acercarse a la realidad, pasa por procurar eliminar filtros.

El tema de la autocomplacencia apareció con fuerza en la jornada organizada por Cebek. A ella se refirió la consejera Tapia y más insistentemente el lehendakari Urkullu. Se mostraron muy orgullosos con el trabajo realizado y con los logros, lo que evidentemente no tiene porque ser autocomplacencia, como ellos dejaron claro. El problema alrededor de cualquier poder, del más nimio al más grande, aparece con la abundancia de aduladores, ya sea por intereses personales, o por el deseo de acentuar los resultados de la gestión, o por cualquier otra razón que se les ocurra.

Por ejemplo, la consejera Tapia afirmó en el Euskalduna un par de veces que el gasto en I+D vasco se situaba ligeramente por encima de la media europea. Evidentemente, podía ser mejor, pero está por encima de la media. Estoy seguro de que ella no se dedica a sacar estas estadísticas, sino que alguien le facilita ese dato, que le puede llevar a un error de valoración y, por tanto, en las medidas a adoptar. El País Vasco cayó por debajo de la media UE en gasto en I+D sobre PIB en 2013 -efecto de la gran crisis y el ajuste ‘euro’-. Desde entonces y hasta 2019, se agrandó el agujero, como dejan claro los datos del Eustat para ese ejercicio: País Vasco, 1,86%; UE- 27, 2,23%.

Con riesgo a equivocarme, he extraído la información general de Eurostat para 2020 y los he comparado con los de Eustat de 2020, en todos los casos impactados ‘positivamente’ por la caída del PIB tras la crisis Covid. El País Vasco ascendió al 2,08% y la EU-27 al 2,32% y la UE-19 al 2,36%.

De momento, y tras casi una década, estamos lejos de la media UE. Igual el problema de la autoevaluación son los datos que se manejan.

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