El arte de dar oportunidades al destino (1 de n)

Da comienzo un relato en el que tres cajas de herramientas te ayudarán a gestionar lo que el futuro traerá en este siglo XXI.

15/11/2025

Te sonará una de las frases más icónicas de Sherlock Holmes: “The game is afoot”. Arthur Conan Doyle hizo célebre esa expresión. No hay traducción literal al castellano que conserve todo su filo, aunque “La partida ha comenzado” se acerca bastante. Una llamada a la inteligencia, a la observación, a la curiosidad. En realidad, la frase no nació con Holmes. La tomó prestada de Shakespeare, que la utiliza en Henry V justo antes de entrar en batalla. Es una llamada a la acción, al coraje y al destino, porque cada caso del detective era una batalla de inteligencia. Hoy me interesa recordar no solo esta frase, sino también la forma en que este autor eligió hacer llegar sus historias.

No solo él, Charles Dickens ya publicaba sus novelas capítulo a capítulo. Oliver Twist, David Copperfield, Casa desolada... no nacieron como libros cerrados, sino como historias abiertas. El lector no era solo lector: era parte del viaje. Dumas publicaba Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo por fascículos diarios. Crimen y castigo de Dostoievski apareció por partes en una revista literaria. Más recientemente, Stephen King publicó en 1996 The Green Mile en seis entregas mensuales. Por no mencionar mis queridos cómics…

Las entregas de los casos de Sherlock y Watson en The Strand Magazine se esperaban con auténtica ansiedad. Cuando intentó “matar” al personaje en 1893, los lectores colapsaron la redacción de cartas. La ficción se había convertido en compañía. En tiempos de Instagram o Tik Tok, quizá necesitemos recuperar formas antiguas de habitar las historias. He decidido escribir un relato en el que te daré tres cajas de herramientas con las que podrás gestionar lo que traerá el futuro en este Siglo XXI. Y he decidido también que será un libro por entregas, como los de antes. Una historia que se irá desplegando lentamente. Cada quince días, en este mismo espacio.

Narrar por entregas no es solo una decisión literaria. Es también una estrategia de resistencia. Sherezade lo sabía. Cada noche contaba una historia inacabada, no para entretener, sino para sobrevivir. Su relato era su salvoconducto para hacer que su tiempo no acabase, su única forma de que el sultán le diera la oportunidad de un nuevo día. Quizá por eso mi libro se titula El arte de dar oportunidades al destino (y como el de Sherezade, tampoco tendrá 1001 cuentos, pero me permito la licencia de usar esa cifra mágica). Cada quincena, una historia abierta. Un enigma sin resolver. No para prolongar la intriga, sino para sostener algo más importante: la conversación entre quien cuenta y quien escucha. Como si al hacerlo, al volver a vernos en la próxima página, ganáramos juntos un poco más de tiempo. Un poco más de sentido. Y por si quieres divertirte un poco más, no será solo lectura, pues algunas entregas incluirán un pequeño enigma. Una pista, un código, como en la habitación de un escape room.

No será obligatorio resolverlos, pero para quien responda correctamente a todos, habrá recompensa al final: un viaje a una isla olvidada frente a la costa de la Toscana, donde el tiempo y la venganza se enterraron junto al oro (la visita requiere un permiso especial del gobierno italiano, ya he iniciado los trámites…). Y es que, como el abate Faria, preso entre muros que no detienen el pensamiento, he ido reconstruyendo el mapa de un tesoro oculto en esa isla. Quien lo descifre no encontrará oro, sino quizá algo más valioso: una forma distinta de mirar el mundo. Vamos con el primer acertijo. El protagonista del libro que se inicia hoy tiene un nombre elegante, Hermes O’Clock.

Por su apellido ya habrás descubierto que es un viajero en el tiempo. Aunque tiene un serio problema y necesita ayuda para llegar a su destino. En el libro, Hermes se encuentra con Sherlock, y cuando escucha su nombre, piensa que puede ayudarle, ya que tienen algo en común y algo que les diferencia, ¿el qué? La partida ha comenzado, y la siguiente parada será en otra pequeña isla mediterránea, Corfú. A una de sus playas llega Hermes, y se encuentra con Irene Adler. (Pista para el acertijo: en misión de espionaje, ella utiliza el nombre de Eleine Dard: algo en común, algo diferente…). Espero tu mensaje resolviendo el enigma.

Elemental querido Wat... Quiero decir... ¡Bien hecho amigo!
Nope... te has dejado algo. Vuelve a intentarlo.
Guillermo Dorronsoro

Doctor en Ingeniería Industrial e Ingeniería Mecánica. Al frente de Innobasque participó en la transformación del sistema de ciencia y tecnología de Euskadi. Management Board Advisor en Zabala Innovation Consulting, y Profesor de Economía, Estrategia y Gestión de la Innovación en Deusto Business School. Coordinador del think tank Zedarriak.

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