“Invertir es fundamental para no quedarse atrás”

La directora de Industrias Oja-rem, Begoña San Miguel, destaca la necesidad de invertir para poder seguir creciendo. Entrevistada por Empresa XXI, explica que las perspectivas del sector de automoción para este año son positivas, aunque advierte de que persisten riesgos como la posibilidad de rotura de las cadenas de suministros o el alza de los costes. A su juicio, la necesidad de flexibilidad y de amplitud de miras son lecciones que han dado las últimas crisis encadenadas.

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BEGOÑA SAN MIGUEL
EMPRESA XXI
Y el Mejor Empresario Vasco del Año 2021 es...
REGISTRO
Iñaki Calvo
Amorebieta
23/4/2024

> ¿A qué se dedica Oja-rem?

Somos una empresa familiar que se fundó en 1965 y empezó como troquelería para las industrias cuberteras que había en Gernika. A lo largo del tiempo fuimos incorporando prensas y soldaduras y así empezamos a dar el servicio de estampación de piezas metálicas, que es a lo que nos dedicamos actualmente. Como rasgo importante, destacaría que un 83 por ciento de nuestra facturación proviene del sector de automoción.

> ¿Cuáles son las perspectivas para su sector principal de cara a este año?

La verdad es la automoción lleva unos cuantos años con muchas variables encima de la mesa. Pero lo cierto es que a nosotros los clientes nos han hecho llegar unas previsiones de un ligero crecimiento respecto de 2022. Y de momento se están cumpliendo. No obstante, hay que tener en cuenta que persisten riesgos como la posibilidad de rotura, una vez más, de las cadenas de suministros de semiconductores, porque aunque parece que la situación está mejor, sigue habiendo paradas. La incertidumbre para el segundo semestre está muy basada en la inflación, la situación geopolítica, los costes energéticos, de logística. Creo que eso afecta mucho al sector de automoción.

> ¿Cómo está incidiendo en Oja-rem esta ‘tormenta perfecta’, por ejemplo, en los costes energéticos?

No somos intensivos en energía. En ese sentido, lo hemos notado más a través de nuestros proveedores. Porque nosotros, además de hacer la estampación y la soldadura, subcontratamos operaciones posteriores y, de esta forma, al cliente le damos un mayor valor añadido. Los tratamientos térmicos, que sí son intensivos en energía eléctrica, sí que nos han repercutido. Al final, eso impacta directamente en nuestro resultado de rentabilidad.

> ¿Y en cuanto a la disponibilidad de materias primas?

A este respecto, lo que hacemos para evitar la rotura de la cadena de suministros es negociar con los proveedores semestralmente la cantidad que vamos a consumir. Y lo hacemos en previsión de las estimaciones de nuestros clientes. Con eso garantizamos el abastecimiento. Los precios también se negocian, pero, claro, los incrementos que hemos sufrido desde 2021 no se pueden repercutir al 100 por cien al cliente y la verdad es que es una batalla importante para nosotros.

> Entiendo que, dadas las actuales circunstancias, con crisis encadenadas y cambios importantes en ciernes, gestionar una empresa se ha complicado sobremanera.

Verdaderamente. Se ve poca luz, porque antes las crisis eran cíclicas y tenías un espacio temporal en el que adaptarte, solucionar, salir, volver a tener unos buenos años y esperar a que llegara la siguiente. Sin embargo, hoy en día, la cantidad de variables que están encima de la mesa y que hay que tener en cuenta a la hora de gestionar una empresa es ingente. Los costes salariales, las nuevas imposiciones en temas de Seguridad Social para pensiones... Todo. Lo que se ha hecho es acortar el plazo. Es decir, tú antes hacías una planificación estratégica a tres o cuatro años y no fallabas mucho. Ahora la preparas a uno o dos y fallas un montón. Ciertamente, se ha complicado muchísimo. Creo que las principales lecciones que hemos aprendido es que necesitamos ser flexibles y mirar en muchas direcciones.

"Clarificar por dónde irán los consumos es el reto de la automoción"

> Hablando de cambios, ¿cuáles son los retos principales a los que se enfrentan tanto el sector como Oja-rem?

A las crisis que ya hemos mencionado, añadiría la incertidumbre sobre dónde estarán los grandes consumos. Si ciertamente el coche eléctrico va a crecer tanto como estiman los constructores, que han puesto sus inversiones en esa línea, la de la electrificación del vehículo. Porque, claro, ya empiezan a surgir voces en Europa que no están muy de acuerdo con los plazos que se han previsto. Creo que hay mucha incertidumbre entre el consumidor a la hora de qué vehículo elegir. Ese es un reto para la automoción: clarificar por dónde irán los consumos de los clientes.

> En este sentido, ¿cómo valora la prohibición de vender motores de combustión en la UE a partir de 2035?

Sinceramente, creo que es un poco prematuro. Porque no sé si se han realizado del todo bien las prospecciones de la transición. Si verdaderamente toda la cadena de valor estará preparada para el suministro, no solo de los coches eléctricos, sino también si habrá disponibilidad de puntos de recarga, etc. Opino que todo el proceso se ha llevado a cabo un poco prematuramente, quizás, en cuanto a fechas.

> ¿De qué manera repercutirá en su actividad el crecimiento del vehículo eléctrico?

Sin duda, afectará. Nosotros tenemos más de 500 referencias en el portfolio y estimamos que entre un 15 y un 20 por ciento de las piezas que hacemos son susceptibles de desaparecer o, cuando menos, de reducir el volumen en el que se consumirán. Estamos trabajando con bastante cercanía con un cliente para conjuntos de estampación que se ensamblan en el coche eléctrico y tenemos muy buenas expectativas respecto a esta colaboración.

> Como fabricante de componentes, ¿se preparan de algún modo especial para afrontar la llegada masiva del vehículo eléctrico?

Trabajamos bajo plano del cliente. Por esa razón, en el caso de aquellos clientes que tienen el plano cerrado por los constructores, poco podemos hacer, porque ya nos vienen dados los materiales, las geometrías, todo. Pero luego, tenemos algunos clientes que tienen producto propio, con los que trabajamos mucho, y en esos casos lo que hacemos es colaborar en ingeniería en función de sus necesidades.

> ¿El tamaño de Oja-rem es una desventaja a la hora de competir en el exterior?

Somos alrededor de 60 personas y con una única planta, por lo que ciertamente es difícil. Más, teniendo en cuenta que normalmente nuestros clientes pertenecen a grandes multinacionales con multiplanta y que algunos de nuestros competidores tienen presencia también en otros países. Pero, aun así, exportamos un 25 por ciento de nuestras ventas. Eso quiere decir que seguimos siendo competitivos a pesar de tener que suministrar desde el País Vasco, si bien es cierto que nuestras piezas, como no son de tamaño muy grande, soportan bastante bien el coste del porte.

> En cualquier caso, entiendo que el tamaño actual de la compañía también tendrá alguna ventaja.

La mayor fortaleza de nuestra empresa es la implicación del equipo. En Oja-rem hemos demostrado la capacidad de resiliencia y flexibilidad a la hora de afrontar los años difíciles y, a pesar de nuestro tamaño, creo que somos competitivos, ágiles y flexibles. Y todo es gracias al compromiso de nuestra gente.

> A este respecto, ¿cómo han incidido la pandemia y el resto de acontecimientos en la cuenta de resultados de Oja-rem?

Todo ha impactado, pero hemos podido solventar estas épocas de crisis porque hemos tenido una tesorería saneada. No obstante, sin duda, hemos sufrido un recorte en los márgenes de la empresa. Estuvimos en ERTE, pero no mucho tiempo. Nos influyó directamente el cierre de los clientes.

> ¿Cree que el encarecimiento de la financiación retraerá la inversión empresarial?

Llevamos muchos años con el dinero a unos precios no ya baratos, sino casi a coste cero, Y a eso uno se acostumbra fácilmente. Ahora, el incremento de los costes supondrá para todas las empresas una variable que en los últimos años no se tenía contemplada. Y sí que costará, sobre todo en aquellas compañías que quieran acometer inversiones y no tengan su tesorería y sus balances saneados. Creo que será difícil. Pero invertir para estar al cabo del día es fundamental para no quedarse atrás. El mundo cada vez se mueve más rápido y no hay que perder ni una variable. Por lo que se refiere concretamente a Oja-rem, en este momento tenemos una buena posición y los bancos con los que hablamos están interesados en acompañarnos en nuestras próximas inversiones, una parte de las cuales, evidentemente, las acometeremos con fondos propios.

> Para no quedarse atrás también parece fundamental avanzar en aspectos relacionados con la Industria 4.0. En este sentido, ¿cómo está Oja-rem en materia de digitalización?

Tenemos abiertos varios proyectos para utilizar la digitalización y la sensórica con el objetivo de mejorar nuestros procesos productivos. En una primera fase es para la automatización. Pero también habrá una segunda fase con la que, a través de la recogida de datos en planta, podamos aplicar modelos de Big Data para tomar mejores decisiones. Al final, se trata de aprovechar esa información recabada gracias a la digitalización para acortar los periodos de fabricación.

> Y en lo que se refiere a los procesos de automatización, ¿cómo se encuentra actualmente la empresa?

La automatización en el mundo de la estampación influye algo menos. Lo que sí intentamos es tener la mayor parte de detectores puestos en los troqueles para que nos permitan que las prensas paren de forma automática. La mayor parte de la automatización la hemos realizado en soldadura. Tenemos un par de robots automatizados que tienen control de visión para garantizar el 100 por cien de la revisión de piezas.

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