Considera una fortaleza la cultura reinversora de la empresa del territorio, aunque reconoce las dificultades de la misma para hacer desembolsos en lo que antes se llamaba innovación no tecnológica. Se trata, a su juicio, de una cuestión fundamental para pasar de la digitalización a la transformación digital. En esta entrevista subraya, igualmente, el atractivo fiscal de Gipuzkoa para la inversión empresarial y analiza la evolución de las compañías desde los momentos más duros de la pandemia.
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> Su departamento maneja el segundo mayor presupuesto de la Diputación de Gipuzkoa. ¿En qué tienen previsto invertir?
El Presupuesto tiene tres partes: economía y turismo, primer sector y proyectos estratégicos. Por bloques, más o menos, se destinará un tercio de las inversiones a cada uno. Insistimos en que hay que atender las necesidades de hoy, pero, a la vez, hemos de llevar a cabo las apuestas de mañana para que en el futuro sigamos teniendo una economía fuerte que sostenga el nivel de bienestar social de las próximas generaciones.
> ¿Dónde requieren más acompañamiento las pymes?
Hay distintas líneas, pero diferenciaría el ámbito de los proyectos estratégicos. Basándonos en el RIS-3 y con la estrategia que viene de Europa y del Gobierno Vasco identificamos qué fortalezas tenemos y qué transformaciones nos aguardan. Y lo que hacemos es poner en marcha proyectos que entendemos que son necesarios para que nuestras empresas sigan siendo competitivas. Y dónde entendemos, además, que tenemos fortalezas en las cuales apalancarnos. En esta parte de los proyectos estratégicos, en lo que son líneas de actividad, hemos identificado ciberseguridad, movilidad inteligente y sostenible, envejecimiento saludable, la inclusión de los colectivos en riesgo de exclusión a través del trabajo, cuántica y terapias avanzadas. Aquí es donde identificamos fortalezas y retos.
"Demografía, transformación digital y tamaño son los tres principales retos para las compañías guipuzcoanas"
> ¿Cuáles cree que son los principales retos para las empresas guipuzcoanas?
El primero es el demográfico. Y eso está unido a cómo atraer y fidelizar personas capacitadas para nuestras empresas y también qué liderazgos vamos a tener para poder situar esos proyectos en términos de competitividad en un mercado global. El segundo puede ser el de la transformación digital. Un reto para todas nuestras empresas. Y la transformación digital, además, desde una visión de que en el ámbito de la inversión en intangibles tenemos un recorrido importante. Contamos con una cultura muy reinversora, que es una fortaleza. Es decir, nuestras pymes reinvierten gran parte de sus beneficios, bien en activos o bien en I+D, lo cual no solo las hace más competitivas, sino que, además, esa capitalización les permite aguantar mejor cuando vienen momentos de crisis o de recesión. Pero nos cuesta mucho invertir en intangibles, en lo que antes se llamaba la innovación no tecnológica. Hay transformaciones que tenemos por delante y una de ellas es la digital, en la que es fundamental la inversión en intangibles: en personas, procesos, organizaciones, etc., para que verdaderamente se den esas transformaciones. Es decir, que pasemos de la digitalización a la transformación digital.
> ¿Y el tamaño empresarial? ¿Importa?
Sin duda. Nos cuesta mucho escalar los proyectos. Hemos tenido una cultura muy de crecimiento orgánico. Es verdad que las empresas de mayor tamaño hace años que están acometiendo operaciones corporativas, pero nos cuesta escalar los proyectos. Tanto cuando hablamos de nuevas iniciativas emprendedoras como cuando hablamos de proyectos empresariales. Y hay veces que es necesario comprar tiempo. Es decir, en esta carrera no es solo lo que avanzamos nosotros, sino, también, lo que avanzan otros. Y tenemos recorrido de mejora en la parte de esa capacidad de escalar.
> ¿Cómo está ayudando la Diputación de Gipuzkoa en ese proceso?
Nuestras herramientas son, por una parte, la fiscalidad y, por otra, las ayudas que diseñamos a partir del Presupuesto. En cada una de ellas hemos estado trabajando distintas aproximaciones. Hicimos una apuesta por fomentar la industria de inversión que nos permitiera tener personas con capacidades que nos ayudaran a escalar los proyectos. Porque, al final, muchas veces, cuando hablamos de escalar proyectos solo pensamos en financiación, pero hace falta mucho más. Hace falta capital inteligente. Creo que tenemos muchas capacidades en el ámbito científico- tecnológico, de producto, etc., pero necesitamos personas que sean capaces de entender los proyectos, de estructurar el capital de los mismos y de llegar a acuerdos internacionales con distintos socios, porque el tamaño específico de nuestras empresas hace absolutamente necesario el acometer esas colaboraciones, joint-ventures o, incluso, operaciones societarias en las cuales podamos incorporar capacidades que no tenemos. Hicimos una apuesta y creo que fuimos bastante pioneros, a través de la fiscalidad, en diseñar y en preparar un entorno donde fuéramos capaces de tener una industria de inversión y, por tanto, pudiéramos atraer y tener personas con esas capacidades. Especialmente, pensando en la parte de Venture Capital, de los actores que trabajan en las etapas iniciales de los proyectos.
> ¿Cómo se ha plasmado esta apuesta que comenta?
Hace unos cuatro años en Gipuzkoa no teníamos ninguna gestora de capital riesgo y hoy es el día que tenemos unas cuantas. La idea no es solo para invertir en Gipuzkoa, sino también para invertir desde Gipuzkoa. Tenemos gestoras que han puesto base en el territorio, pero también tenemos otras que han surgido aquí atrayendo talento de otros territorios que ahora vuelven a casa. De la misma forma, tenemos también distintas ayudas para acompañar en ese crecimiento, en ese cómo hacer competitivo y en ese pensar a largo plazo. Porque queremos que los proyectos escalen, que nuestras empresas crezcan, pero sin perder esa visión industrial y a largo plazo que las caracteriza hoy en día. Necesitamos crecer, pero sin perder aspectos de nuestra cultura empresarial como el largo plazo, la reinversión, etc.
> ¿Es Gipuzkoa un territorio atractivo fiscalmente para invertir?
Sí. Sin duda. Creo que disponemos de una fiscalidad que reconoce aquellos aspectos que son importantes para una economía fuerte. Hay un reconocimiento importante en la inversión en activos fijos o en I+D, por ejemplo, cosa que no ocurre a pocos kilómetros de aquí, en el resto del Estado. Tenemos un reconocimiento a aquellas personas que invierten su capital propio en iniciativas empresariales aquí asumiendo riesgos. Al final, contamos con un sistema fiscal que reconoce aquellas actitudes, iniciativas y culturas, como la reinversora, que entendemos que es fundamental reservarlo para que sigamos teniendo una economía fuerte.
> ¿Queda camino por recorrer en la cuestión de la internacionalización por parte de las empresas guipuzcoanas? ¿Cómo les están ayudando?
Creo que sí podemos tener recorrido en la parte de cultura organizacional. Al final, la internacionalización, más allá de vender o producir fuera, también se tiene que incorporar a las culturas organizacionales para poder aprovechar ese talento internacional y ponerlo a disposición de toda la organización.
"Tenemos una fiscalidad que reconoce los aspectos importantes para una economía fuerte como la inversión o la I+D"
> ¿Cómo está la empresa guipuzcoana en materia de innovación?
En la parte de innovación creo que nos enfrentamos a dos retos. El primero es que nuestras empresas pequeñas se adentren más en el campo de la innovación. En general, tenemos unas pocas que hacen mucha innovación, pero es necesario que incorporemos también a las pequeñas. Desde la Diputación de Gipuzkoa tenemos que hacer una labor de conector entre ellas y los centros de generación de conocimiento porque la innovación es parte de su competitividad. Y, por otra parte, está todo el ámbito de la innovación no tecnológica, donde existe un campo de mejora importante. Como decía, tenemos que invertir también en intangibles porque cada vez tienen mayor peso y cada vez serán un factor más diferencial que definirá la competitividad de nuestras empresas.
> ¿Cómo están saliendo las compañías del territorio de la parte dura de la pandemia?
En general, nuestras empresas, por su cultura de reinversión y capitalización, normalmente afrontan bien los periodos de crisis, los primeros impactos. Creo que la Administración ha puesto en marcha medidas de gran fuerza y, además, lo ha hecho más rápido que habitualmente. Si miramos a la crisis de 2008, por ejemplo, las medidas no han tenido nada que ver ni en intensidad ni en rapidez. Y creo que eso ha sido algo fundamental. Pero la incertidumbre afecta mucho a las empresas y en este periodo de pandemia hemos vivido desequilibrios en la cadena de suministro importantes tanto en la parte logística como en la de componentes y en la energética, Y, claro, esos desequilibrios han generado dificultades importantes para nuestras compañías.
> Y parece que la situación se agudiza con la invasión de Ucrania...
Sí. Ahora que vamos superando la parte de la pandemia, nos viene un conflicto que vuelve a impactar en esa cadena de suministro y otra vez incide en la logística. Y, además, en Gipuzkoa hay que unir que viven muchas personas de Ucrania que trabajan en el sector del transporte en el territorio. Con lo cual, las cadenas logísticas están sufriendo muchísimo y hay rutas que tienen un coste difícilmente asumible a largo plazo. En la parte de energía vuelve a incidir. Y ya estábamos en precios que afectaban a nuestra competitividad en comparación con otros países europeos. En estos momentos es un verdadero problema porque los costes han seguido aumentando y estamos en un pico difícilmente asumible. La normalización se retrasa un poquito. Eso afecta a la inflación también. Parece que se prolongará un poco más. Con lo cual, seguimos con incertidumbre, seguimos con las cadenas de suministro muy tensionadas y eso afecta de lleno a la competitividad de nuestras empresas.
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