Alerta de un probable desvío de producto asiático a Europa por las medidas proteccionistas en EE.UU., al tiempo que se muestra convencido de que la industria norteamericana necesita de los proveedores europeos. Por otra parte, más allá de la incertidumbre de todo tipo reinante, subraya que las firmas vascas vienen invirtiendo en descarbonización “por estrategia y compromiso”.
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> ¿Afectan ya al sector vasco los nuevos aranceles de la Administración Trump al acero y aluminio europeos? ¿Qué les transmiten las empresas?
Sobre todo, nos manifiestan una sensación de incertidumbre. Algo que no es bueno para ningún tipo de industria, ya que genera una falta de visión clara de cómo hacer frente a una estrategia a largo plazo. Tenemos diferentes casos. Empresas que han adelantado envíos por miedo a los aranceles, otras que los han parado a la espera de que se aclaren las cosas y casos en los que, ya en tránsito, se han aplicado los nuevos aranceles del 50%. Como decía, sensación de incertidumbre y preocupación por si Europa va a estar a la altura. > ¿Están preparadas las compañías para hacer frente al nuevo arancel? Hay que tener en cuenta dos escenarios. En primer lugar, el impacto relativo a nuestras exportaciones directas con EE.UU., porque automáticamente se ve incrementado el precio relativo del producto en destino y somos más caros, lo que afecta a nuestra competitividad y demanda. Y, en segundo lugar, el efecto rebote: si los terceros países no pueden acceder al mercado norteamericano acabarán inundando otros mercados y potencialmente Europa. Todos estos terceros países, principalmente asiáticos, en 2024 exportaron 23 millones de toneladas a EE.UU. producción que, con las medidas proteccionistas, van a tener que redireccionar a otros mercados. Además, en Europa ya el año pasado la capacidad productiva, por demanda y por reestructuración empresarial, se redujo en 9 millones de toneladas. > En términos cuantitativos, ¿qué supone el mercado estadounidense para la siderurgia vasca? Hablamos de 385 millones de euros por parte de todos los eslabones de la cadena de valor del sector. El 70% de nuestras exportaciones totales lo recibe la UE, pero EE.UU. se situaría en el primer lugar de los países extracomunitarios.
> ¿Qué eslabones de la cadena son los más afectados en Euskadi?
Afecta de manera directa, sobre todo, a los productores de acero y a los transformadores, porque las medidas proteccionistas recaen tanto sobre el producto como sobre sus derivados. Pero también afectan aguas abajo, a otra tipología de empresas. Tenemos un ecosistema muy importante de empresas en torno a una gran compañía, como puede ser una acería, en cuanto a proveedores de componentes, de repuestos, de materias primas, equipos auxiliares, etc. Si el tractor se ve afectado, el resto de la cadena de valor también, en especial las firmas que tienen menor músculo financiero para poder afrontar este tipo de situaciones, que, tradicionalmente, son las pymes.
> ¿Qué solicitan a las instituciones para hacer frente a este escenario?
Con los aranceles, siempre hemos solicitado, sobre todo a Bruselas y a quien corresponda, imponer determinadas medidas proteccionistas. Vamos a partir de que imponer aranceles, evidentemente, no es bueno para nadie. Pero hay que protegerse, principalmente contra aquellos que no tienen las mismas reglas de juego que tenemos nosotros. Y en este sentido, lo que siempre hemos reclamado en Europa es agilidad en la toma de decisiones. También hemos ido demandando a las instituciones qué mecanismos puede haber de ayudas directas. Y sobre todo, y muy importante, lo que pedimos es que hay que ajustar el actual sistema de salvaguardas de la UE para evitar que todo el desvío de productos de terceros países asiáticos entre a Europa. Actualmente, por cuotas este es un mecanismo que tiene prevista su revisión en 2026 y reclamamos que, de manera urgente, este mecanismo se revise este mismo año.
> ¿Hay que ponerse en lo peor y pensar que la tasa del 50% ha venido para quedarse o cree que la situación puede revertirse?
Bajo mi punto de vista personal, creo que es una estrategia de presión para negociar. Lo curioso de todo esto es que la industria norteamericana necesita de los proveedores europeos. Por capacidad, porque solo es capaz de producir el 60% de su demanda. Y porque, además, necesita de diferentes tipologías y calidades de acero que no se fabrican en EE.UU. Sí o sí, van a tener que importar y cualquier extracoste que se genere lo va a pagar el consumidor americano. Se va tener que enfrentar a productos más caros, generando inflación. Por tanto, espero que cuando su economía se vea realmente afectada se plantee este tipo de actuaciones.
> Si en el peor de los casos la tasa del 50% se mantiene, ¿qué mercados podrían compensar la cuota estadounidense para las firmas vascas?
Es muy complicado, de un día para otro, encontrar clientes y volúmenes. No obstante, habíamos identificado potenciales mercados como el mexicano, Oriente Medio y el Norte de África. Pero ya estamos detectando que está habiendo avalancha de producto asiático en el Norte de África.
"La siderurgia vasca exporta a EE.UU. por valor de 385 millones de euros al año"
> ¿Qué papel desempeña la industria siderúrgica en la economía vasca?
Hablamos de un sector muy importante para Euskadi. Además de las acerías, su cadena de valor está compuesta por transformadores de acero, ingenierías, fabricantes de bienes de equipo, etc. Hablamos de un ecosistema de unas 100 empresas que dan empleo directo a 20.000 personas. Y por cada puesto directo tenemos estimados dos o tres indirectos. El sector factura alrededor de 5.400 millones de euros y en torno al 60%-65% sale al exterior.
> Al margen del mercado estadounidense, el sector se halla en un momento clave. ¿Qué tendencias marcarán su futuro?
Es verdad que el panorama siderúrgico está experimentando un cambio de proceso que afecta a su competitividad, principalmente en lo que respecta al exceso de capacidad productiva a nivel mundial, el proteccionismo, cambios en la demanda de los principales sectores cliente, costes en materia energética y un tema muy importante: la aparición de nuevas tecnologías y cómo será necesario abordarlas con talento cualificado y especializado. Pero, sin lugar a dudas, uno de los más importantes es el que gira en torno a la sostenibilidad.
> Europa exige descarbonizar la industria pero los rivales en el resto del mundo no siempre juegan con las mismas reglas. ¿Es posible competir así? ¿Habría que levantar un poco el pie del acelerador?
Contamos con unos estándares muy estrictos, mientras que otras partes del mundo disponen de regulaciones mucho más laxas, lo que genera un desequilibrio. Podemos competir bajos estas circunstancias, pero no sin problemas o sin barreras porque para mantener nuestra competitividad necesitamos que estemos alineados todos: la parte privada, el apoyo público, la innovación, los mecanismos de protección… Respecto a si vamos muy rápido, creo que depende. Laxar nuestros objetivos climáticos podría ofrecernos un respiro a corto plazo, pero a largo plazo supondría un retroceso estratégico. Al final, lo ideal es no frenar en seco, sino ajustar el ritmo con estrategia. Y, sobre todo, asegurando que la transición sea viable para las empresas. Todo el ‘tsunami’ legislativo ‘verde’ que se ha generado, que provoca una carga administrativa brutal para la empresas, dificultando así la gestión diaria, tampoco ayuda. De alguna manera, habría que ir acompasando los plazos realistas para que la transición sea efectiva sin asfixiar a quienes deben de implementarlos.
"El sector está experimentando un cambio de proceso que afecta a su competitividad"
> Descarbonizar el sector requiere de ingentes inversiones. ¿Están concienciadas las empresas?
Nuestras compañías vienen invirtiendo en este ámbito desde hace mucho tiempo por estrategia y por compromiso. Pero es verdad que la coyuntura actual no está ayudando y la incertidumbre marca, de alguna manera, una dificultad para abordar este tipo de desembolsos. Están avanzando hacia la sostenibilidad, sobre todo en eficiencia energética y digitalización, aunque el ritmo varía en función del tamaño. Y la coyuntura actual, como comentaba, ha provocado quizás cierta ralentización o revisión de proyectos, más por prudencia que por falta de compromiso.
> ¿Cómo está impactando en el sector la aparición de nuevas tecnologías?
Sobre todo, en la digitalización, porque se ha convertido en un elemento diferenciador. Al final, implementar tecnologías como IA, análisis de datos, analítica productiva, automatización de procesos… abre la puerta a que la industria sea mucho más eficiente y competitiva.
> ¿Hacia qué campos orienta principalmente el sector su I+D+i?
Nuevos materiales, recubrimientos, técnicas de reciclaje o modelos productivos. Además, cada vez más está colaborando con otro tipo de agentes, con ‘startups’, universidades, centros tecnológicos y otras empresas industriales, lo que genera sinergias altamente valiosas. Nosotros, por ejemplo, desde el clúster, trabajamos en proyectos que giran, en gran medida, en torno al uso del hidrógeno verde como fuente alternativa al gas natural.
> ¿Preocupan especialmente los costes energéticos y de las materias primas?
En nuestros caso, la chatarra va a convertirse en uno de los bienes más estratégicos a corto plazo, porque casi toda la industria productiva mundial va a mutar de horno alto a horno eléctrico para tener estándares de neutralidad. Por otro lado, nuestros principales competidores europeos disponen de una factura energética final más barata. A la hora de generar la energía tenemos unos costes muy parecidos, pero ellos disponen de otros mecanismos en cuanto a tratamientos fiscales, peajes de acceso... que, al final, hacen que nuestra factura sea más cara. Necesitamos un precio competitivo y estable. > El acceso a la red eléctrica también se ha convertido en un problema para muchas industrias en Euskadi... Si queremos potenciar la descarbonización vía electrificación y si a la vez queremos seguir creciendo industrialmente, sí o sí, necesitamos dotar a los diferentes núcleos industriales de suficiente infraestructura y potencia para producir. En su día, las redes se construyeron para dar soporte a una necesidad concreta y actualmente la necesidad es otra. Sabemos que hay proyectos que están en la recámara a falta de que se activen este tipo de cosas.
> ¿Cómo va la atracción de talento?
Es verdad que no somos atractivos para los más jóvenes, lo que hace que perdamos conocimiento. Para abordar esta problemática, junto con las principales empresas del sector siderúrgico y con la Escuela de Ingenieros de Bilbao hemos puesto en marcha una aula de siderurgia: Room4Steel.
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