La industria vasca tiene conocimiento para ganar peso en la cadena de valor del espacio, si bien “haría falta algún proyecto de capacitación industrial que anime a los proveedores a introducirse en este segmento”, asegura Juan Tomás Hernani, CEO de Satlantis, que participa en la construcción de 17 satélites con mentalidad 360º, y es ‘prime’ de integración en otros cinco más para su comercialización.
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>¿Qué factores están impulsando el avance de la industria espacial en estos años?
El primer elemento disruptivo que ha posibilitado el cambio es la tecnología. Los avances y desarrollos en esta línea tienden a una miniaturización y a un cambio de escala en el que ha irrumpido la industrialización. Y eso ha hecho posible que proyectos de espacio de 8 a 10 años y cientos de millones de euros por cada misión, se conviertan en proyectos de uno o dos años y decenas de millones, o incluso millones, democratizando la comercialización de los satélites.
>¿Cómo se traduce esto en el mercado?
Hay algunos ingenieros que nos creemos que esto va de cohetes o astronautas y, en el fondo, la actividad económica está relacionada con la captación y transmisión de los datos. El paradigma cambia pero son, de nuevo, los bolsillos digitales los que están generando esta revolución.
>¿Y la estrategia comercial?
También cambia. Se aplica la estrategia COTS (Commercial Off-The-Shelf). Es decir, utilizar la electrónica industrial, que es más potente, y otros productos disponibles para subirlos al espacio, testando sistemas completos en lugar de componente a componente. Este es el negocio.
>¿Cuáles son las cifras del sector espacial?
El sector del espacio se estima en 500.000 millones de dólares. Un tercio corresponde el segmento de las telecomunicaciones, que es el más importante. Hay también un negocio de observación, que es mucho más pequeño, casi residual; el mundo del posicionamiento; y el la ciencia y la exploración. Todos mayoritariamente públicos.
>¿Hay negocio para todos?
Yo he vivido este sector con 1.500 satélites. Solo el Starlink de Elon Musk cuenta con unos 7.000 satélites en órbita y un plan para lanzar 12.000 en una primera fase, y 40.000 satélites más a posteriori. Desde el punto de vista de la demanda hay un crecimiento exponencial muy importante. Pero no es un mercado libre porque Musk o el Kuiper Project de Amazon cubren toda la cadena de valor. En Europa, Airbus, Thales, OHB y Leonardo están anunciando ya la fusión de sus divisiones de satélites para hacer frente a la competencia.
"Este año creceremos un 82%, por lo que todavía estamos en rampa de salida"
>¿Qué influencia tiene la industria vasca en el sector?
En Euskadi no ha habido liderazgo tractor, por lo que aún está en una posición emergente. Se fabrican componentes en la industria mecánica, si bien podría introducirse en la cadena de valor en ámbitos como la fibra de carbono; chips que transforman fotones en electrones, orientados a detectores; o la mecanización de espejos con precisión de micra, que es algo muy complejo. Pero haría falta algún proyecto de capacitación industrial que anime a proveedores a introducirse en este segmento.
>¿Dónde se concentra la demanda?
Hay demanda creciente del sector defensa en Europa. También hay demanda multicivil en África de países que quieren formar parte del club de Espacio. De los 180 países del mundo, solo la mitad tiene satélites. Estados Unidos es un mercado muy potente y prevemos cerrar próximamente la primera operación comercial de satélite.
>En este mercado, ¿qué lugar ocupa Satlantis?
Satlantis es una empresa muy especializada que sigue siéndolo 13 años después. Somos una compañía espacial 100%, que desarrolla tecnología óptica para la observación de la Tierra desde el espacio y comercializa toda una gama de soluciones con una mentalidad 360º, con la que, por un lado, continúa con la especialización de la compañía en torno a las cámaras, y por otro proporciona soluciones completas a través del ecosistema ‘by Satlantis’.
>¿La tecnología de Satlantis es de desarrollo propio?
Sí, Satlantis surge en 2013, como una startup en la Universidad de Florida, de la mano del científico Rafael Guzmán que, a raíz del diseño de un telescopio para mirar las estrellas desde un satélite, propone utilizar su tecnología para la observación de la Tierra. En colaboración con otros socios y con la licencia de la tecnología creamos la empresa en Estados Unidos, con un capital menor.
>¿Qué impulsó su arranque en Euskadi?
En Euskadi, la universidad y los centros tecnológicos aportan conocimiento y apoyo para proyectos como éste. Con la primera ronda de financiación Seed Capital de 2,2 millones de euros, en 2016 desarrollamos la primera cámara de alta resolución de menos de un metro para la CE, en el que participó la agencia espacial japonesa Jaxa, alcanzando por primera vez la estación espacial internacional. Desde 2018 estamos en el parque científico de Leioa, donde realizamos los desarrollos y monitorizamos los satélites.
>¿Cuál fue el punto de inflexión?
En 2021 afrontamos una estrategia visionaria y cerramos una segunda ronda de 26 millones de euros que nos permitió probar que la tecnología funcionaba para dar el siguiente paso, conformándose el accionariado actual: un 24% público, el 48% de promotores y el resto de otros inversores industriales (Orza, Enagás y Williams).
>¿Cuál es la clave de su tecnología?
La tecnología iSIM representa una disrupción porque logra compactar una cámara de 1,5 m de distancia focal en 50 cm. En masa, conseguimos una cámara un 10% más pequeña, con la misma resolución.
>¿En qué ámbitos se focaliza?
Tenemos tres líneas de negocio: venta de cámaras a fabricantes de satélites; soluciones completas que suministramos a gobiernos, agencias espaciales del mundo y grandes compañías del sector privado como Oil&Gas o sector agrario; y servicios.
>¿Y en defensa?
También. Nuestra tecnología no es más que un ojo permanente que refleja lo que pasa en el territorio, por lo que es eficaz tanto para observar cosechas, pesca ilegal, o escorrientía, como para controlar movimientos migratorios o asentamientos ilegales en frontera.
>¿Cuál ha sido la progresión de Satlantis?
Seguimos dos vectores estratégicos: anticipar misiones de satélite, que es algo que no hace nadie. Es decir, anticipar la construcción de satélites propios, listos para la venta, que en un año pueden estar volando; y crear el grupo Satlantis, apoyado en el modelo ‘by Satlantis’ para crear un ecosistema donde cada compañía y país tiene su propio vertical de especialización con sinergias de oferta para vender en cada mercado toda la capacidad de Satlantis.
>¿En qué medida os habéis dimensionado?
Hemos incrementado la plantilla hasta las 200 personas de todo el mundo. Además, hemos creado ‘Satlantis School’ en el marco de la universidad y en nuestros emplazamientos en el exterior, a través de la cual captamos el talento a potenciar después en el seno de la empresa.
>¿En qué países se han instalado?
En la actualidad, el ecosistema ‘by Satlantis’ se conforma con filiales en Reino Unido, especializada en imagen térmica; Francia, centrada en polarimetría; y EE.UU., orientada a la inteligencia artificial.
>¿Planean nuevas implantaciones?
Sí, por un lado creceremos en Portugal, para desarrollar relaciones de largo plazo con nuestros clientes mediante la implantación de nuevas unidades; así como en Latinoamérica y África, donde hay compromisos de desarrollo comercial. Por otro, mediante la integración de pymes especializadas en determinados verticales relacionados con la observación. El M&A es constante y, actualmente, estamos en tres procesos de negociación, uno de ellos en Francia.
>¿Y desde el punto de vista comercial?
Tenemos un portfolio muy amplio de largo plazo. Lo que nos aporta más facturación es la parte comercial de la tecnología más madura. En 2024, facturamos 26 millones de euros y este año nos acercaremos a los 50 millones y duplicaremos todos los indicadores, para alcanzar los 70 millones en 2026. Actualmente participamos en la construcción de 17 satélites, en colaboración con otros socios, para la integración de las cámaras o el sistema de control entre otros paquetes del proyecto, como software o electrónica. Y trabajamos en cinco satélites más, en el que somos ‘prime’ de integración.
"Integraremos una nueva empresa en Francia y crearemos filiales en Portugal, África y Latinoamérica"
>¿Qué plazo de desarrollo tienen estos cinco ‘primes’?
En 18 meses debe empezar a comercializarse el primero a escala internacional, y seis meses después, el último.
> ¿Puede citar alguno?
Actualmente trabajamos en la generación Elcano, mucho más potente, que incorporará una gama de satélites más amplia, con cámaras que se podrán modificar en función de los requerimientos del cliente, y que integrarán criogenia para imágenes que requieren frío para su observación.
>¿Qué hay del ámbito nacional?
La Agencia Española del Espacio prepara el lanzamiento de la constelación atlántica formada por ocho satélites, cuya adjudicación es inminente. A ver si logramos ser profetas en nuestra tierra.
>¿Necesitarán de más capacidad?
Sí, acabamos de inaugurar en la ría de Bilbao, a la altura de Astrabudua, un emplazamiento de 1.200 m2 de superficie, que se sumarán a los 1.500 m2 que tenemos en Leioa. Con todo, el plan es construir el proyecto definitivo en el campus, donde concentraremos en 5.000 m2, la actividad de esas dos instalaciones en 2027. Este año creceremos un 82%, por lo que aún estamos en rampa de salida.
>¿Qué ruta lleva su roadmap tecnológico?
Nuestra cámara más pequeña obtiene una resolución de dos metros, y el mercado ya no pide cámaras más pequeñas, por lo que ahora la hoja de ruta cambia de dirección hacia cámaras más grandes, de las que ya tenemos un primer prototipo, con el que ampliaremos gama.
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