La noche de la empresa vasca 2022
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El recibo de la luz pone al metal ante la crisis más grave de los últimos 30 años

Fundidores y forjadores declaran que el problema se agrava con la escasez de materias primas y la baja demanda automovilística

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Jesús Galindo
Bilbao
15/10/21

La realidad de una parte destacada de la industria vasca queda resumida en la siguiente declaración: “Este mes he abonado -denuncia un forjador- más de 250.00 euros en el recibo eléctrico, cuando lo presupuestado eran 100.000. La factura no ha sido más alta porque la falta de demanda ha reducido la actividad; si no, hubiéramos debido pagar 600.000 euros. El problema es que el MWh sigue subiendo y ¡no sabemos hasta dónde llegará el recibo en octubre!” Este empresario apostilla que “para muchas empresas es mejor no trabajar, por lo que ya se están presentando ERTEs y, como mal menor, acordando pactos para traspasar días de trabajo a 2022”.

Sus palabras las remata con una pregunta y una sentencia: “¿Quién se está quedando el dinero? ¡El Gobierno no puede engordar sus ingresos fiscales con estas facturas y dejar que la industria se liquide!”.

La situación es igual de grave en la fundición. Betsaide nos ha contado su problema (páginas 8 y 9), pero otro empresario de la fundición, con dos plantas en diferente situación contractual, asegura que “uno de los contratos es a precio fijo y hasta ahora (primeras semana de octubre) el suministrador lo ha mantenido; sin embargo, en la fábrica a precio de mercado, la factura mensual ha pasado de 26.000 a 70.000 euros. La gran amenaza es que está todo desbocado y faltan materias primas. Tengo pedidos en Alemania a los que no les puedo repercutir las alza, aun a riesgo de quedarme sin márgenes”.

El terremoto llega de China, donde paran las fábricas

En este caso, es importante reflejar el comunicado de Grupo ASE: “Hay pequeñas comercializadoras que no podrán aguantar por coberturas insuficientes para afrontar la escalada”, mientras que “la situación de las grandes es distinta, aunque están cancelando contratos en vigor con sus clientes. Son empresas verticalmente integradas, con cobertura natural de generación sobre el riesgo de subida del ‘pool’. Cabe mencionar que el pasado año, cuando el ‘pool’ estuvo en mínimos históricos, las comercializadoras no adoptaron la misma política de cancelación de sus contratos con coberturas muy superiores”. Al tema energético se suman otros dos elementos de alto riesgo: la demanda del automóvil y la falta de silicio metal, esencial en las aleaciones de aluminio.

AUTOMÓVIL Y SILICIO METAL

En el primer caso, nuestro interlocutor en la forja apunta que “la demanda del automóvil es baja, por lo que es imposible repercutir subida de costes, faltan suministros y el transporte internacional se dispara con un claro riesgo de que se rompan las cadenas de suministro”. Además, muestra su preocupación por “las empresas que acumularon stock de piezas en el verano por sugerencia de los clientes, dada la previsión de fuerte recuperación. La realidad ha sido otra y empiezan a llegar las facturas del acero y la energía. Como se han comido la liquidez, los problemas de tesorería aparecen en el horizonte”. La volatilidad y tensión la radiografía un empresario de la fundición de aluminio: “Los clientes ahora se han dado cuenta de que no especulábamos. No les podemos dar precios a un mes porque no sabemos ni si dispondremos de material. No hay visibilidad más allá de una semana”.

El terremoto llega de China: “están parando las fábricas y el suministro de silicio metal, que en las aleaciones de aluminio más habituales representan el 8-10 por ciento, se ha reducido. Esto ha cuadruplicado su precio, ya que China concentra el 70 por ciento de la producción mundial”.

El empresario vizcaíno pone dos ejemplos: “Las llantas usadas de aluminio, con un 12 por ciento de silicio, se han convertido en oro y disparado su precio por encima de los 2.200 euros/tm. Así mismo, en Italia, un gran suministrador de Fiat y Ferrari ya se ha reunido con el Gobierno para buscar salidas a una situación insostenible”. Sobre el ciclo de las chatarras, las fragmentadas de hierro protagonizaron un rally alcista de febrero a julio, en el que pasaron de 225 a 440 euros, para estabilizarse ahora en 380. Esto -advierte nuestro interlocutor-, “hay que situarlo en un escenario en el que China transita del alto horno al eléctrico. Tienen 280 altos hornos, por 12 en Europa; y son un país joven: sin chatarra, porque todo es nuevo. Por tanto, su irrupción en la demanda es imparable”.

Como resumen final, asegura que “el sector metalúrgico vive uno de los momentos más críticos en los últimos treinta años”.

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