La compañía alavesa se acerca al medio siglo de actividad con un plan para mejorar todas las variables de su negocio de mecanizado
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Aratz afronta su medio siglo de actividad industrial con la adaptación del lema olímpico a la disciplina de la ingeniería mecánica: más rápido, más complejo, más eficiente; y con un plan de gestión que contempla la mejora de prestaciones de todas las áreas de su negocio. El director general de la empresa, Karlos Balsategui, destaca que este movimiento ha empezado por un cambio de imagen que “nos posicione en un mercado cada vez más global”. Por ese motivo, han pasado a denominarse ‘Aratz Group Engineering Fabricated Technology’, lo que supone dejar atrás el histórico ‘Talleres Aratz’. Al mismo tiempo, han activado las inversiones para reformar su canal digital con una web “más dinámica y accesible”.
Pero este salto solo persigue reflejar la transformación interna de una empresa que “necesita, para mantener su competitividad -como resalta Karlos Balsategui-, una permanente renovación de tecnologías y de los procesos para ganar la eficiencia que diferencie nuestra oferta y capacidad de servicio”. Como ejemplo de este vuelo técnico, Aratz finalizó en marzo su participación de tres años en el Hazitek Estratégico Adit4All, que les permitirá integrar de forma efectiva la tecnología aditiva en su taller: “El conocimiento adquirido se reflejará en la puesta en servicio de una nueva sección: fabricación aditiva, que agilizará nuestros trabajos en piezas unitarias o en partes de gran complejidad geométrica”.
La maratón innovadora y mecánica asumirá un nuevo desafío con la participación en el Hazitek Estratégico DigiVach 2021-2023, en el que invertirán 365.000 euros y en el que colaboran con otras ocho empresas vascas: Zubiola, Izadi, Aingura IIoT, Savvy, Mail, AFM, Fagor Automation y Fagor Ederlan.
“En este caso, el objetivo es optimizar el acabado y prolongar la vida de las herramientas. Para conseguirlo se diseñará un sistema que recoja los datos de la labor de mecanizado y que sea capaz de tomar decisiones, en tiempo real, para modificar velocidades, o corregir vibraciones”. Aratz, en los apartados en los que investiga, coopera directamente con Mondragon Unibertsitatea y Aotek. El incremento de la velocidad operativa también se sostendrá con el plan de renovación de equipos de taller.
En esta estrategia, Aratz incorporó en marzo una fresadora Zayer ‘Altea’ de 6000 x 3500 x 1500 mm, con cabezal continuo de 30º, que le aportará mayor capacidad y prestaciones al sustituir a un equipo de menores dimensiones y prestaciones antiguas, tanto mecánicas como electrónicas.
Karlos Balsategui destaca que tienen en cartera otra inversión para la potenciación de la capacidad de arranque y aumento de rendimiento: “Hemos empezado a buscar un centro de alta velocidad, con cubo aproximado de 4000 x 3000 x 1500 mm, que evite que perdamos competitividad en este proceso clave para acortar los tiempos de trabajo. El objetivo es adquirirlo este año y que entre en servicio en 2023”. El ejercicio permanente de mejora de los medios y capacidades se ha reflejado en la obtención de pedidos singulares y exigentes como el encargado recientemente por EDF: “Nos han contratado para la fabricación de una turbina completa ‘Kaplan’ de 4,2 metros de diámetro y 50 toneladas de peso, que se utilizará en la modernización de la central hidroeléctrica de Beaumont. Como es una central con muchos años de servicio, nos encargamos, en base a los planos conceptuales antiguos, de ejecutar la ingeniería inversa y de detalle, además de diseñar y fabricar todos los utillajes necesarios para su montaje, pruebas de presión y manipulación de la misma. La entrega la realizaremos a mediados de 2023”.
La capacidad de Aratz en el segmento hidroeléctrico también se aplicará a la renovación de otras centrales como la de EDF en Cusset o la andorrana de Les Escaldes, en la que ganaron la licitación del Gobierno de Andorra para la construcción de tres ruedas ‘Pelton’ con diámetro de 1.740 mm y 2.200 kilogramos de peso en acero inoxidable.
El fortalecimiento de toda la base industrial, además, deberá absorber el impacto de un mercado de aprovisionamiento inflacionista. Como subraya Karlos Balsategui, “respecto a la competencia local, los mayores precios energéticos no suponen ninguna merma, todos los sufrimos, pero sí nos resta competitividad frente a otras empresas europeas, que disponen de energía más barata. Otro factor que esta influyendo mucho es el precio del gas, tanto en la soldadura como en otros procesos asociados, que pueden ser la producción de material y los tratamientos. Por ejemplo, hay tratamientos térmicos cuyo coste han pasado de 2.700 a 5.300 euros”.
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