Protec Arisawa Europea se ha situado como líder mundial de cajas a presión FRP a partri de un proyecto de innovación que desarrolló con el respaldo de su matriz nipona, Arisawa Group.
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No han pasado ni tres lustros desde que en 2010 el grupo japonés Arisawa entrará a engrosar el tejido industrial vasco con la adquisición de la filial vizcaína de Bekaert, para situar a Protec Arisawa Europe como líder mundial en el diseño y fabricación de cajas a presión de FRP para sistemas de filtración por membrana, utilizadas, principalmente, para la desalación y potabilización de agua de mar por ósmosis inversa. La historia de éxito de Protec Arisawa Europe se remonta a 1971, en el municipio vizcaíno de Mungia, a manos de una empresa familiar de índole plenamente local, en aquel entonces denominada Bremen. Y paradójicamente, hoy en día se erige como una compañía de carácter eminentemente internacional, en la que el respaldo del holding japonés ha sido clave para situarla en primera línea de su sector, con miras a seguir creciendo en el País Vasco a partir de un nuevo plan de expansión. Una maniobra con la que continuará evolucionando tras registrar en 2022 su cifra récord de negocio, situada en 27 millones de euros.
Ligada desde sus inicios al desarrollo de materiales composite, Protec Arisawa Europe ha desarrollado en toda su trayectoria una actividad estrechamente asociada a lo que en inglés se denomina FRP (plástico reforzado con fibra), cubriendo en la primera etapa de vida las necesidades existentes en los mercados doméstico y nacional mediante la adaptación de diferentes tecnologías. En 1995, la multinacional belga Bekaert entró en su accionariado con una primera participación, para siete años después hacerse con el cien por cien de la sociedad. Como afirma su director general, Gonzalo Ortega, “el objetivo de esa compra fue incorporar las actividades de Bremen en el grupo belga, sin cambiar de manera sustancial la estrategia de negocio: seguir cubriendo necesidades, principalmente, a nivel nacional”. La entonces filial de Bekaert desarrolló su actividad en esa línea de negocio durante la década de los 90, a la vez que exploraba otras oportunidades de negocio. Se trata de unos años en los que surgió un incipiente interés en el mercado doméstico, y en especial en el entorno de Bilbao y Vizcaya, entre diversas ingenierías del sector EPC (Engineering, Procurement and Construction) por la ósmosis inversa como tecnología para el tratamiento de agua.
Como respuesta a esa demanda, optaron por comenzar a desarrollar producto, que es lo que en la actualidad producen, principalmente y de forma exclusiva. En el germen de lo que es su actual core de negocio, fueron de la mano de diferentes empresas, algunas de ellas ya extintas y otras conocidas bajo una nueva razón social. Son los casos de la antigua Degremont o Pridesa, hoy en día conocida como Acciona Agua, así como de Cadagua, filial de Ferrovial a la que sigue suministrando sus productos. A partir de la relación tejida con ese grupo de compañías, Protec Arisawa vivió un ciclo de expansión durante cerca de una década. Unos años en los que el sector del agua en España eclosionó con la construcción de numerosas depuradoras a lo largo de todo el territorio nacional. A esa etapa de crecimiento en el mercado doméstico le procedió, tiempo después, su salto internacional. Fue así cómo se iniciaron en la actividad exportadora en los albores de la década del 2000, haciendo negocio, mayoritariamente, en Oriente Medio, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y la región del Norte de África. En la actualidad, la filial europea nipona vende al exterior más del 90 por ciento de su producción.
La fructífera trayectoria de la compañía, sin embargo, se vio afectada por la recesión económica de 2008, a lo que se sumó el declive del sector agua. Estos factores llevaron al grupo Bekaert a desprenderse de su filial vizcaína, en un momento en el que la compañía tenía entre manos importantes decisiones de inversión en China. En tan solo tres meses de negociaciones, el Grupo Arisawa materializó su compra en diciembre de 2010, pasando la sociedad a denominarse Protec Arisawa Europe. Esta rúbrica constituye un momento clave en el devenir de Protec Arisawa en tierras vizcaínas. La primera decisión fue desprenderse de todas aquellas actividades que tenían un menor valor añadido, centrándose en el diseño y fabricación de cajas a presión. No obstante, la apuesta no estuvo exenta de vicisitudes. En 2011 comenzaron a proliferar un número cada vez mayor de competidores, en gran medida de China e India, reduciendo a más de la mitad el precio de las cajas, lo que afectó negativamente a su cuenta de resultados. La maniobra de reacción, sin embargo, no se hizo esperar.
SE DESMARCÓ DE LA COMPETENCIA A PARTIR DE UN PROYECTO DE INNOVACIÓN DE PRODUCTO
Protec Arisawa, con el apoyo de su matriz, lanzó un proyecto de innovación con el objetivo final de reducir costes. Un equipo de trabajo vasco-japonés se centró en mejorar cada componente de las cajas de presión y sustituyó el mecanizado por el moldeado. Como resultado, lograron reducir en un 15 por ciento el valor de sus cajas, desmarcándose de sus competidores. Optimizaron sus costes y calidad, a la vez que modelizaron las piezas de repuesto y evitaron la posibilidad de copias. A partir de ese momento, la compañía entró de nuevo en 2015 en la senda de los beneficios con una facturación de 10 millones de euros y una plantilla de 60 personas. Y desde ese ejercicio no ha dejado de crecer y contribuir a la riqueza del entorno. En 2022 la compañía registró su récord histórico de negocio con unos ingresos de 27 millones de euros, una cifra que prevén mantener de cara al cierre de 2023. Con una plantilla de 120 trabajadores ocupados en tres turnos, sus expectativas a futuro pasan por mantener un crecimiento sostenido, incrementando su volumen de actividad y el valor para el cliente, sin dejar de lado la posibilidad de diversificar su actividad.
Como argumenta Gonzalo Ortega, “pese a su juventud, el mercado actual en el que trabajamos presenta ciertos síntomas de madurez”. Razón por la que desde hace dos años estudian su incursión en el mundo del hidrógeno a partir de su conocimiento y experiencia en materiales de fibra de vidrio, resina y endurecedor. Bajo el paraguas del proyecto estratégico Hazitek EcoH2Mov, respaldado por el Gobierno Vasco, Protec Arisawa Europe lidera desde 2022 un consorcio de ocho empresas para el desarrollo de unos innovadores tanques de almacenamiento de hidrógeno ligeros, sostenibles y de alta eficiencia para aplicaciones de movilidad.
ESTUDIAN SU INCURSIÓN EN EL H2 A PARTIR DE SU KNOW HOW EN MATERIALES DE FIBRA DE VIDRIO
La iniciativa, una de las piezas del puzzle para la configuración del ecosistema del hidrógeno en el País Vasco, no es algo nada ajeno para su matriz japonesa. Arisawa Group hace tiempo que cuenta con una línea de negocio que desarrolla productos para el mundo hidrógeno. Muestra de ello es el acuerdo de colaboración que mantiene con Toyota para el desarrollo de diversos componentes para el modelo ‘Toyota Mirai’, impulsado totalmente por H2. Con el respaldo del grupo Arisawa, la filial vizcaína cotejará hasta dónde puede llegar en el mundo del hidrógeno, creando sinergias con sus procesos de fabricación y, de ese modo, poder convertirse esta nueva industria en una segunda actividad. Como afirma Gonzalo Ortega, “quién sabe si en el futuro puede llegar a ser su actividad principal”.
La próspera trayectoria de Protec Ariwasa Europe tomará un nuevo impulso con la ejecución del plan de expansión que ha diseñado para el periodo 2022-2025. Con una inversión de 6 millones de euros, su estrategia contempla la renovación y modernización de equipamiento, el incremento de su capacidad productiva y unas mayores dosis de eficiencia en sus procesos. En la primera fase del plan, el pasado año aumentaron un 25 por ciento su capacidad productiva, mientras que en una segunda fase trabajan en términos de eficiencia a través de la automatización de procesos, calidad y demás actuaciones en todos aquellos ámbitos alineados con la fabricación avanzada. El objetivo lo tienen claro, y no es otro que “hacer mejor aquello que ya sabemos hacer”, según concluye su director general.
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